Enrique Rais dice que fgr podría estar siendo permeada por el crimen organizado. En una denuncia pública hecha recientemente por Enrique Rais, el conocido empresario formula una serie de acusaciones, de suma gravedad, que deben deben ser aclaradas por el Fiscal General de la República, Douglas Meléndez.
No se trata de que el jefe del Ministerio Público salga al paso de cualquier tontería que se le ocurra a perico de los palotes, pero sí cuando se trata de denuncias que ponen en entredicho el sistema democrático de derecho que presupone nuestra constitución política.
El señor Rais hace un recuento de lo acontecido, desde que fue citado el 22 de agosto de 2016, con el pretexto de notificarle un acto administrativo de un caso en el que tiene calidad de víctima, pero con la evidente intención de capturarle y acusarle de hechos que hasta la fecha desconocía.
El denunciante asegura que ya en sede fiscal, pudo darse cuenta que estaba siendo objeto de un cerco que daría inicio a lo que el empresario considera una confabulación, nunca antes vista, del Ministerio Público con integrantes del crimen organizado internacional y en contra de ciudadanos salvadoreños.
Nos cuesta creerlo, y de no ser porque como periodistas presenciamos el inicio de ese entramado que se ha vuelto el caso “Rais-Martínez”, quizás lo pondriamos en duda; pero ante la firmeza y gravedad de los hechos que se denuncian, no queda más que pedirle al Fiscal que aclare públicamente las acusaciones que le hacen.
Independientemente de que se trate de un empresario adinerado o no, Enrique Rais, al igual que cualquier ciudadano salvadoreño, tiene derecho a la presunción de inocencia así como a una justicia pronta y bien administrada. El debido proceso es la columna vertebral de una sociedad democrática o que se precie de serlo.
Rais señala abiertamente y sin tapujos, en medios de comunicación y en cartas “abiertas” a la comunidad jurídica nacional e internacional, hechos inconcebibles que revelan una clara intención de favorecer los intereses de empresarios nacionales que realizan prácticas monopólicas, como el caso de los propietarios de MOLSA, y de ciudadanos extranjeros como los italo canadienses Matteo Pasquale y Franco Pacetti, que son buscados por la ley salvadoreña y por la Interpol y que, según el empresario Rais, evaden la justicia a ciencia y paciencia de la Fiscalía General de la República.
En su denuncia, Enrique Rais describe incontables actos de corrupción creados y utilizados por funcionarios de la Fiscalía General de la República, para montar un caso con vicios de nulidad absoluta.
Entre esos Rais señala el uso de llamadas telefónicas obtenidas ilegalmente, carentes de valor probatorio, para fundamentar la acusación de la Fiscalía y hasta casos de fraude procesal en los que funcionarios de la fgr se han visto envueltos, de manera evidente, con el único propósito de encarcelar a personas a las que no se les ha probado ningún ilícito,.!Sabe Dios! por qué razones.
En sus repetidas denuncias, Rais pone al descubierto la posibilidad de que la investigación del delito, que constitucionalmente le corresponde al Fiscal General de la República, esté siendo permeada por intereses particulares de influyentes hombres de negocios, salvadoreños en asocio con empresarios internacionales vinculados a la mafia italo-canadiense y al crimen organizado.
Particularmente se refiere al caso de un empresario salvadoreño de origen libanés, dueño de un partido político, de varios medios de comunicación digital, radiales, impresos y televisivos, de varios molinos para producir harina así como de varias empresas familiares dedicadas a la producción y distribución de alimentos, de un proyecto para el tratamiento de la basura y hasta de un equipo de fútbol quien, a juicio de Rais, debe ser investigado por la Fiscalía General de la República.
Rais asegura que ese empresario utiliza para sus proyectos un sofisticado engranaje mediático, encabezado por el periódico de su propiedad “Diario1. com”, por la revista factum y por otros medios asociados, cuyos “propietarios” o directores visibles están vinculados a los canadienses Matteo Pasquale y Franco Pacetti que son contraparte de Rais en un juicio que este les sigue por extorsión y apropiación indebida.
Rais apoya su hipótesis de que la Fiscalía General de la República podría estar siendo permeada por el crimen internacional, en el hecho de que, en la publicación del día 20 de diciembre en Diario1.com, Matteo Pasquale hace “clara alusión” de que tiene contacto directo con el señor Fiscal General, Douglas Meléndez, a pesar de ser reo ausente y de existir “difusión roja” en su contra.
Lo están acusando de algo grave señor Fiscal y usted no puede guardar silencio por ninguna razón; porque no solo atañe a su persona sino a la justicia misma. El silencio en estos casos es más grave que las acusaciones.
El empresario Rais ha dicho repetidamente que la Fiscalía cuenta con un expediente emitido por la Real Policía Montada del Canadá y otro del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos de Norteamérica (FBI), de todos los socios de Matteo Pasquale en CINTEC Internacional, fachada de las organizaciones criminales de la mafia italo-canadiense, quienes tienen condenas y pertenecen al crimen organizado y a quienes Rais señala como “verdaderos” prófugos de la justicia salvadoreña desde hace más de cuatro años.
Rais pide al Fiscal General de la República que aclare de una vez por todas sobre la ilegalidad de las escuchas telefónicas a las que se refiere en sus repetidas denuncias o por qué el exfiscal y abogado de matteo Pasquale, Diego Balmore Escobar, a pesar de tener múltiples denuncias en la Fiscalía, que lo vinculan con la famosa sustracción del “ROS”, que llevó al expresidente Paco Flores a la cárcel e inclusive la muerte, no está siendo enjuiciado
Existe un principio mediante el cual el reo o el privado de libertad puede decir lo que se le venga en gana; pero cuando se trata de acusaciones como las que hace el empresario Enrique Rais, lo menos que puede hacer el Fiscal es responder públicamente y así la sociedad sepa quién es el que está diciendo la verdad.
Señor Fiscal, usted sabe perfectamente que con pruebas obtenidas de manera ilegal y que carecen totalmente de valor probatorio, como las escuchas telefónicas que se han utilizado contra Enrique Rais, ningún juez podrá llevarle a juicio.
Por otra parte, el control difuso de las leyes que aplican los jueces así como la enorme cantidad de dudas razonables que figuran en el juicio que se sigue contra el empresario Enrique Rais y otras personas, son más que suficientes para que cualquier juez sobresea a un imputado. El que sabiendo lo que es injusto no deja de hacerlo es verdaderamente un hombre injusto.