Por Eduardo Vázquez Becker.- El alcalde capitalino, Ernesto Muyshondt, ha optado decididamente por la menos inteligente de las respuestas al cobro que, por más de tres millones de dólares, le hace la empresa procesadora de desechos sólidos conocida como MIDES.
Muyshondt, ante la decisión de MIDES, de suspender temporalmente su prestación de servicios a la alcaldía de San Salvador mientras no se le pague el adeudo que esta tiene para con esa empresa, opta por hacer un pleito personal con Enrique Rais a fin de justificar su participación en el orquestado plan de “quebrarlo” económicamente mientras sus “competidores” encuentran la forma de despojarlo de su patrimonio empresarial.
Las relaciones entre las principales alcaldías de El Salvador y MIDES, que están regidas por contratos que aún no han fenecido y cuyas reglas son claras, deben respetarse mientras se encuentren vigentes. No se vale pues, que la principal de estas alcaldías, o Ernesto Muyshondt que es lo mismo, utilice los insultos y los improperios como respuesta al justo cobro que se le hace. De honrados es pagar lo que se debe.
Llamar “El Señor de la basura” a Enrique Rais, aprovechando que este no se puede defender como lo haría, debido a que nuestra desigual justicia lo mantiene “acorralado” sin ofrecer garantías procesales que le permitan su presencia en el país, es un verdadero insulto y una desfachatez cuando con ello lo que se busca es evadir el pago de una obligación legítima.
Muyshondt asegura irresponsable e impoliticamente (Diario El Mundo), que “Solo en este país un prófugo extorsiona con bloquear recolección de basura”; irresponsable porque públicamente acusa a Rais de extorsionador, lo que indudablemente traerá reclamos judiciales, e impolíticamente porque en una coyuntura donde el supuesto “competidor” del “Hombre de la basura” se ha convertido en uno de los principales apoyos del candidato presidencial de ARENA, Carlos Calleja, podría costarle un elevado precio electoral.
Lo mismo diríamos a Nayib Bukele si este llamara a Muyshondt “El Hombre de la cocaína” solo porque la Fiscalía General de la República, tal como lo publica el periódico digital “El Faro”, ha presentado ante un juzgado Especializado de San Salvador, un documento oficial en el que el principal testigo de la “Operación Cuscatlán” ( realizada el 15 de febrero pasado), acusa a Muyshondt de haber entregado a las pandillas “en un maletín color negro” cientos de miles de dólares para la compra de 6 kilos de cocaína.
Los juicios de Muyshondt sobre las condiciones “leoninas” de contratos vigentes son cuestión mercantil y no deben ser justificativas para el incumpimiento de sus obligaciones ni en este ni ningún otro país. Así es que el alcalde capitalino está obligado a una disculpa seria y convincente para que otros no sigan su ejemplo.