El presidente de los EEUU anunció una nueva política hacia la isla. “Tendremos un mejor acuerdo que beneficie al pueblo cubano. No queremos que los dólares estadounidenses apuntalen al régimen castrista”, aseguró. Además, exigió elecciones democráticas y la libertad de todos los presos políticos.
“Prometí ser una voz contra la represión en nuestra región. Ser una voz para la libertad del pueblo cubano. Ustedes votaron por esa promesa y aquí estoy, como lo prometí”, dijo Trump y logró una gran ovación. El mandatario advirtió que las promesas llevan tiempo pero aseguró que EEUU va a denunciar todos los crímenes del régimen castrista.
“Para EEUU es mejor que haya libertad en nuestro continente, en Cuba o en Venezuela”, aseguró.
El presidente denunció que la isla está controlada por la “misma gente que mató a decenas de miles de sus ciudadanos”. Además, aseguró que el régimen cubano ha “sembrado el desastre en Venezuela”.
“Mi gobierno no se va a esconder ni excusar al régimen castrista. sabemos lo que pasa y recordamos lo que ha ocurrido”, agregó. Mientras, los presentes gritaban: Trump sí, Castro no”.
El republicano denunció el “pacto” del gobierno de Obama. Según el mandatario, EEUU no recibió nada como contrapartida. “Desde este momento cancelo el pacto del gobierno anterior con Cuba”, anunció.
Se mostró dispuesto a negociar “un acuerdo mejor” con la isla, pero solo si hay avances “concretos” hacia la celebración de “elecciones libres” y la liberación de “prisioneros políticos”. “Cuando los cubanos den pasos concretos, estaremos listos, preparados y capaces de volver a la mesa para negociar ese acuerdo, que será mucho mejor”, prometió.
Así, Trump puso un freno al acercamiento con Cuba, la nueva orden ejecutiva restablece restricciones a los viajes de turismo y veta intercambios comerciales que beneficien a empresas ligadas a las fuerzas armadas cubanas.
Estas medidas afectan uno de los más notables legados políticos de su antecesor, Barack Obama, quien junto a Raúl Castro anunció en diciembre de 2014 el inicio de una nueva fase en la relación bilateral después de medio siglo de ruptura y desconfianza.
Desde ese histórico anuncio de 2014, los dos países restablecieron sus relaciones diplomáticas, y Washington avanzó en el progresivo desmonte de normas administrativas para permitir un incipiente flujo de intercambio comercial y abrió las puertas a que estadounidenses puedan ir de vacaciones a Cuba.
Desde Miami -donde vive la mayor comunidad cubana en territorio estadounidense- el mandatario confirmó lo que ya había sido filtrado por la Casa Blanca: el giro en la política hacia Cuba.
El republicano anunció también la prohibición de cualquier transacción financiera con el Grupo de Administración de Empresas (GAESA), un holding estatal que de acuerdo con Washington beneficia directamente a altos jefes de las Fuerzas Armadas.
Washington también restablecerá un grupo de 12 categorías en que los estadounidenses interesados en viajar a Cuba tendrán que justificar para poder recibir sus licencias de viaje, explicó el funcionario.
Más de un cuarto de millón de estadounidenses visitó Cuba en los primeros cinco meses de 2017, lo que representa un crecimiento de 145% frente a igual período de 2016, informó el miércoles un portal cubano citando fuentes oficiales.
Empresas aéreas y de viajes de crucero hacia Cuba hicieron millonarias inversiones en los últimos dos años para prepararse al nuevo escenario bilateral, y aún resta por ver el impacto que las nuevas medidas tendrán en estos sectores.
“La política reafirma el embargo estadounidense impuesto por ley a Cuba y se opone a los llamados dentro de Estados Unidos y otros foros internacionales para acabar con él”, indicó la Casa Blanca en un comunicado mientras Trump hacía los anuncios.
De hecho, durante su discurso, el mandatario prometió que cumpliría con le bloqueo ya que el levantamiento del embargo es algo que solo puede decidir el Congreso, controlado ahora por los republicanos en ambas Cámaras.
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