Descubren en China bacteria capaz de resistir a uno de los antibióticos más poderosos

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Científicos chinos identificaron una nueva mutación de bacteria, a la que llamaron gen MCR-1, que es resistente al antibiótico colistina.

La colistina es una de las últimas armas para combatir bacterias polirresistentes, por lo que el descubrimiento es considerado por algunos científicos como un indicativo de que el mundo está en el umbral de una “era post-antibiótico”.

Según los científicos, que publicaron sus hallazgos en la revista Lancet Infectious Diseases, la bacteria puede anular la efectividad del antibiótico tanto en pacientes como en ganado.

Y expertos consideran que esa resistencia se puede propagar por todo el mundo y aumentar el espectro de infecciones intratables.

El hecho de que las bacterias se están haciendo completamente resistentes a los tratamientos –lo que en el mundo de la ciencia se conoce como “el apocalipsis de los antibióticos”– podría, según especialistas, hacer retroceder la medicina a una era en que las infecciones comunes podían resultar mortales.

Cirugías y tratamientos contra el cáncer, que dependen de antibióticos, también podrían verse amenazados.

En el estudio, la bacteria mostró resistencia en un quinto de los animales que se analizaron, en el 15% de las muestras de carne cruda y 16 pacientes.

Y determinaron que la resistencia está esparcida en una gama de especies y cepas bacterianas, incluyendo E. coli, Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa.

También hay evidencias de que esta mutación está presente en Laos y Malasia.

Era “post-antibiótico”

El profesor Timothy Walsh, de la universidad de Cardiff en Gales, quien colaboró en el estudio, le dijo a la BBC que “todos los actores clave ya están en su lugar para que un mundo post-antibiótico se haga realidad”.

“Si el gen MRC-1 se hace global –un caso de cuando, no de si ocurrirá– y los genes se alinean con otros genes resistentes a antibióticos, lo que es inevitable, entonces tendremos muchas posibilidades de llegar al principio de una era post-t- antibióticos”, agregó.

“Punto en el cual, si un paciente cae gravemente enfermo, digamos con E. coli, entonces virtualmente no hay nada qué hacer”.

Esta no es la primera vez que surge una resistencia a la colistina.
Sin embargo, la diferencia crucial en este caso es que la mutación ha surgido de una forma que es muy fácil de compartir entre las bacterias.

“La tasa de transferencia de este gen resistente es ridículamente alta, esto no se ve bien”, señaló el profesor Mark Wilcox, del Leeds Teaching Hospitals NHS Trust.

Cada mes su hospital se enfrenta a múltiples casos en los que tienen “problemas para encontrar un antibiótico”, algo que hace cinco años sería “tan raro como dientes de gallina”.

Wilcox aclaró que no hay un solo acontecimiento que marque el inicio del apocalipsis de antibióticos, pero que está claro que “estamos perdiendo la batalla”.

“Intratable”

La preocupación está en que el nuevo gen resistente se conectará con otros que son una plaga en los hospitales, lo que puede hacer que las bacterias sean resistentes a todos los tratamientos.

Wilcox le dijo a la BBC que definitivamente teme que llegaremos una situación de organismo intratable.

Sin embargo, las autoridades chinas parecen estar actuando rápido para atacar el problema y este fin de semana habrá una reunión para discutir si prohibir la colistina para usos agrícolas.

La profesora Laura Piddock, del grupo de activistas Antibiotic Action, considera que no se deberían utilizar los mismos antibióticos para animales y humanos.

“Con suerte la era post-antibiótico todavía no ha llegado. Sin embargo este (estudio) debe servir como llamado de alerta al mundo”, le dijo a la BBC.

Piddock señala que el inicio de una era post-antibiótico “en realidad depende de la infección, el paciente y si hay alternativas disponibles” como una combinación de antibióticos que todavía pueda ser efectiva.

Un comentario en Lancet concluye que “las implicaciones (de este estudio) son enormes” y a menos de que se introduzcan cambios significativos, los doctores “se enfrentarán a cada vez más pacientes a los que le tendrán que decir ‘lo siento, no hay nada que podamos hacer para curar su infección'”.