Cuestionando a Sánchez Cerén

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Por  Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra *

Los acuerdos finales del Foro de Sao Paolo,  recientemente llevado a cabo en Managua,  obligan a ciertas preguntas sobre la vida política de nuestro país,  pues  se nos está advirtiendo claramente, sobre el plan de hacer de El Salvador un Estado totalitario, y  mientras los salvadoreños, seguimos aún el juego democrático, basado en los Acuerdos de Paz de 1992.

El Foro de Sao Paulo,  ha planteado para El Salvador, la toma del poder absoluto, mediante el control de la Sala de lo Constitucional, de la Fuerza Armada y de la manipulación de los medios de comunicación. Son tres pretendidos controles, que riñen con la Constitución, en cuanto a la libertad de expresión, el debido proceso y, la apoliticidad de la Fuerza Armada. Todo cuanto garantiza la existencia del pluralismo político y, la división efectiva de los poderes del Estado.

Lo propuesto lleva a la primera pregunta: ¿Declara que su objetivo es el desaparecimiento de  hecho, de la división y contraloría de poderes? Al parecer, así es,  pues se están actualmente, ejecutando acciones que redundan en la manipulación de las elecciones para  Magistrados de la Sala de lo Constitucional y la Sala de lo Civil, además de fomentar la corrupción gubernamental, para que obstaculice la efectiva división de poderes.

La segunda pregunta es: ¿Está la existencia de la Fuerza Armada, condicionada a su lealtad política? Al parecer así es;  pues su estructura presente,  ha desnaturalizado sus fines y objetivos constitucionales,  puesto que han permitido el abandono territorial, en manos de las pandillas, lo cual ha inducido a la corrupción de la oficialidad y  desmoralización de la tropa.

La tercera pregunta es ¿controlarán el espectro comunicacional del país,  para dar una versión única de la realidad nacional? Al parecer todo va en dicho sentido,  pues dentro de pocos meses, controlarán más del 66% del espectro radioeléctrico, con comunicación comunitaria manejada por el FMLN y  por el Gobierno. Ya hay proyectos de ley para restringir la libre comunicación en las redes sociales y disminuir la importación de papel, mediante maniobras impositivas y aduaneras además, de las estructuras de troles, que ya han afectado a los principales medios de comunicación escrita.

Estas acciones,  tienden a un estado de autoritarismo e ilegalidad permanente,  aunque se mantengan las instituciones estatales. Es propósito de los países del Socialismo del Siglo XXI, mantener la formalidad institucional,  pero bajo su control. Si se pierde la máxima contraloría, en los recursos de inconstitucionalidad y amparo, se puede ejercer la fuerza de una manera discrecional, por parte de la PNC y la Fuerza Armada (de forma activa o pasiva), de cualquier otra institución gubernamental y muy difícilmente, serían efectivas las voces disidentes, si son controlados los medios de comunicación.

También se ha anunciado la utilización del mecanismo constituyente en El Salvador, para modificar la responsabilidad del funcionario público y utilizarlo políticamente, contra la oposición y además,  cambiar la estructuración económica del país. Estos cambios, tenderían a la limitación de la actividad privada, en beneficio de los intereses del Estado. Estas propuestas no son nuevas,  pero dichos planes se basan en la consideración de que la oposición, no tiene  capacidad para ejercer una resistencia coordinada,  pues los intereses particulares de cada grupo, son freno que detiene una respuesta conjunta y así,  bastará que los objetivos pretendidos, sean ejecutados en secuencia y no, como un todo.

En Venezuela, se ha pasado a un siguiente estadio: crear estructuras ad hoc y,  nuestro Gobierno le apoya. Nuestro destino sería una dictadura semejante a la venezolana si la oposición no se une y trabaja fuerte y en conjunto.

*Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com