El incremento de la violencia en los últimos años en Costa Rica, coloca al gobierno del presidente Luis Guillermo Solís en el ojo del huracán ya que su administración reporta ser la más sangrienta de los últimos tres gobiernos.
Este incremento en los asesinatos tiró por la borda lo que el gobierno costarricense había previsto en el Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018 en donde se estimaba que la tasa de homicidios sería de 7,5 por cada 100 mil habitantes para 2017, mientras que actualmente se estima que dicha tasa se encuentra en 12, superando a Nicaragua y Panamá.
Pero este incremento se viene destacando desde el año 2016 cuando el gobierno de Solís estimó que la tasa de homicidios se ubicaría en 8 por cada 100 mil habitantes, pero la realidad es que cerró el año en 11,8.
Ningún presidente anterior tuvo un panorama de esta índole, un ejemplo fue Óscar Arias, quien gobernó Costa Rica entre los años 2006 y 2010, cuando se registraron 1.232 homicidios dolosos en los primeros tres años de su administración, por su parte Laura Chinchilla (2010-2014) reportó 1.408 en el mismo período de tiempo. Mientras que Luis Guillermo Solís ha registrado 1.611 homicidios en lo que va de su gobierno.
En una comparación interanual, el peor dato se lo lleva el expresidente Arias ya que de 2007 a 2008 reportó un incremento de 143 casos pero el segundo factor desfavorable se lo lleva el presidente Solís reportando un incremento de 80 homicidios entre 2014 y 2015.
Gerardo Castaing, criminólogo y expolicía judicial, indica que no se puede negar que Costa Rica atraviesa niveles históricos de violencia como resultado del narcotráfico y de la descomposición social.
Según Castaing, la situación se torna preocupante ya que no se ve que el gobierno tenga una estrategia para combatir el problema de raíz: “Se proyecta muy negativa en cuanto a la calificación que se pueda hacer del gobierno integralmente. Hay que hacer una revisión, en equipo, de los tres poderes”, indicó.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) indica que el 30% de los homicidios perpetrados en 2016 fueron por actividades vinculadas al narcotráfico.
“Eso es mucho. Hablamos de un país que, aunque está en una de las zonas más violentas del planeta, nuestra tradición civilista nos ha hecho vivir con números bastante favorables. Es un número muy alto y muy malo en homicidios dolosos. Casi 2 homicidios al día” indicaron funcionarios del OIJ.