Washington Agencias.- El congresista republicano Adam Kinzinger, del comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, urgió al gobierno de Joe Biden que envíe un “embajador fuerte” a El Salvador, que pueda tratar con un líder que “ha cruzado la línea” en algunas áreas de la democracia del país.
Por su parte, el senador estadounidense Patrick Leahy, miembro del partido Demócrata, solicitó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que reevalúe la relación que su administración tiene con los países centroamericanos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Por medio de una postura emitida en redes sociales, Leahy expuso que “la democracia en Centroamérica enfrenta amenazas existenciales” dado los comportamientos de sus Gobiernos.
Leahy le manifestó al presidente Biden que “El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, “son la antítesis de socios creíbles”.
En el caso de El Salvador, el senador, quien es miembro del Comité de Apropiaciones del Senado, escribió que “se está convirtiendo en un Estado de partido único, donde la separación de poderes tiene poco sentido y el presidente (Nayib Bukele) se comporta como si fuera el Gobierno”.
Durante 2020 y lo que va de 2021, congresistas estadounidenses han expresado su preocupación por el gobierno de Bukele. La mayoría rechazó la tolerancia de la administración Trump a los retrocesos democráticos a cambio del respaldo a la política migratoria.
También, algunos republicanos como el cubano americano Mario Díaz-Balart, exigieron poner fin a los abusos de poder, limitaciones a la libertad de prensa, y una posible legitimación del Gobierno salvadoreño a la pandillas más peligrosa de los Estados Unidos, la MS-13.
Leahy ha firmado cartas que senadores norteamericanos enviaron el año pasado a Bukele, a quien pedían detuviera las acciones consideradas como fomentadoras de divisiones políticas en El Salvador, así como un irrespeto a la libertad de prensa.
El congresista Leahy, también objeta la situación de Honduras, Guatemala y Nicaragua, señalando que en Honduras la corrupción ha permeado altos rangos del Gobierno y que los activistas de la sociedad civil están bajo ataque, con un sistema de justicia cómplice que perpetúa la impunidad y la anarquía.
“La administración Biden y el Congreso de EUA deben reevaluar nuestras relaciones con estos gobiernos que son la antítesis de socios creíbles, y al hacerlo reafirmar nuestro firme compromiso con la defensa de los derechos del pueblo centroamericano”, mencionó Leahy.