La grave situación de carestía que azota a la economía de Venezuela está obligando a las grandes multinacionales a ajustar sus operaciones, hasta el extremo de que la embotelladora de la compañía estadounidense Coca-Cola está procediendo a suspender estos días la producción de su refresco estrella por falta de azúcar. Sigue así los pasos de Empresas Polar, que el mes pasado tuvo que cesar la producción de cerveza porque no era capaz de obtener la materia prima que necesita.
La embotelladora de la sociedad con sede en Atlanta no aclara en qué momento podrá retomar la producción de la Coca-Cola clásica en Venezuela. La situación del país latinoamericano no hace más que ir a peor y la penuria económica está afectando también a las importaciones de productos básicos necesarios para la producción de bebidas y alimentos. La semana pasada, la compañía estatal venezolana encargada de procesar el azúcar cortó temporalmente la producción.
Coca-Cola FEMSA es la mayor embotelladora de la compañía en el mundo, con plantas que operan también en países de la región como Brasil, México, Colombia y Argentina. La socia de la corporación estadounidense explica que “el 90% de la producción” de la producción de su popular refresco necesita de azúcar por eso no tiene otro remedio que suspender temporalmente sus operaciones para ese producto. También dejan claro en la compañía que no van a abandonar el país.
Ahora la compañía está buscando otras alternativas para hacerse con el azúcar refinada que necesita para los refrescos. El cese temporal no afecta a las bebidas sin azúcar, donde las operaciones continúan con normalidad y sus oficinas centrales seguirán abiertas. Las multinacionales se enfrentan además a los problemas por la contínua depreciación de la divisa venezolana, como se refleja en los resultados de PepsiCo, General Motors o Ford Motor.