El Cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez, se unió a las denuncias de persecución religiosa hechas por la Iglesia evangélica, luego que afirmara a un medio alemán, que en El Salvador existe una persecución religiosa “evidente”.
“En el régimen ( de El Salvador) actual, hay una política de identificar enemigos. Después de identificarlos, toda una avalancha de ataques, sobre todo en las redes sociales, se lanza sin compasión contra ellos. Y esto vale también cuando el ‘enemigo’ es un representante de las Iglesias. La persecución es un hecho evidente. Basta asomarse a las redes sociales para comprobarlo”. denunció Rosa Chávez en el marco de la beatificación de cuatro religiosos el pasado fin de semana.
Rosa Chávez dijo que Rutilio Grande, Cosme Spessotto, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus han sido declarados beatos, mientras la Iglesia parece volver a enfrentar presiones en el país.
Según la publicación, Rosa Chávez hizo un recuento del drama humano que ha tenido que enfrentar la iglesia en El Salvador antes, durante y después de la guerra civil que dejó más de 75 mil victimas, entre ellas el ahora santo, Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, los cuatro religiosos que acaban de ser beatificados y otros,
“Para entender ese drama humano hay que tener memoria. Y los mártires que serán beatificados nos refrescan la memoria. Rutilio es asesinado en marzo de 1977, cuando monseñor Romero tenía apenas tres meses de ser arzobispo. Aún no había estallado la guerra, pero vivíamos un ambiente prerrevolucionario. La represión era brutal y la Iglesia contaba muertos todas las semanas, al grado de que nuestro santo llegó a decir en una homilía dominical: ‘Parece que mi destino es ir recogiendo cadáveres’”, rememora el cardenal Rosa Chávez.
“Fray Cosme Spessotto es asesinado frente al altar de su humilde parroquia, en San Juan Nonualco, en junio de 1980, el mismo año en que agentes del Estado —¡parece increíble en un país profundamente cristiano!— arrebatan la vida de monseñor Romero y de cuatro mujeres estadounidenses, tres religiosas y una misionera seglar ” “No se puede tirar al basurero tanto dolor y sufrimiento humano”. aseguró a la prensa alemana el religioso salvadoreño.