La construcción de la primera ‘nación’ flotante del mundo podría convertirse en realidad durante la próxima década en aguas próximas a la isla de Tahiti, en la Polinesia francesa.
A principios de este año, el gobierno de esta región de ultramar francesa acordó permitir que Seasteading Institute, una organización sin ánimo de lucro fundada en San Francisco en 2008, comenzara a realizar estudios en sus aguas. La construcción podría comenzar pronto, y los primeros edificios flotantes, el núcleo de una ciudad, podrían ser habitables en sólo unos pocos años. Al ser flotante, sería inmune al aumento del nivel del mar por el cambio climático.
Si pudieras tener una ciudad flotante, esencialmente sería un país de nueva creación”, afirma el presidente del Seasteading Institute, Joe Quirk, que indica que, de este modo, se puede crear “una gran diversidad de gobiernos para una gran diversidad de personas”.
Seasteading Institute fue fundado por Patri Friedman, nieto del famoso economista liberal Milton Friedman, con financiación inicial del multimillonario y fundador de Pay Pal, Peter Thiel. Sus planes radicales podrían ver la creación de una nación independiente que flote en aguas internacionales y opere dentro de sus propias leyes.
La primera isla está siendo financiada mediante ‘coin offering’, un nuevo concepto que está ganando popularidad en Silicon Valley, en el que el dinero es generado por las masas mediante la creación y venta de una moneda virtual. La organización sin fines de lucro espera recaudar alrededor de 60 millones de dólares para 2020 para construir una docena de edificios.
Las estructuras contarán con ‘techos verdes’ cubiertos de vegetación y la construcción utilizará bambú local, fibra de coco, madera y metal reciclado y plástico.
Revelado por primera vez en enero, los planes han sido aprobados por el gobierno de la Polinesia Francesa, que ahora está creando una zona económica especial para que la nación flotante pueda operar bajo sus propias leyes comerciales.
La Polinesia Francesa está interesada en el proyecto porque el área está en riesgo por el aumento del nivel del mar. Quirk y su equipo han comenzado una nueva compañía, Blue Frontiers, que construirá y operará las islas flotantes en la Polinesia Francesa.