La Asamblea Legislativa declaró el jueves “hijo meritísimo” del país, post mortem, al recién nombrado beato Óscar Arnulfo Romero.
El que fuera obispo de San Salvador fue proclamado beato en una masiva ceremonia el pasado mes de mayo.
El presidente en funciones del Congreso, Guillermo Gallegos, entregó la declaratoria durante la sesión plenaria del jueves a los hermanos del extinto arzobispo, Tiberio y Gaspar Romero.
Ya sea por ignorancia o por confusión, la diputada por el partido oficialista, FMLN, Norma Guevara dijo que “En nombre del pueblo reconocemos lo que el mundo ya reconoce de monseñor Óscar Arnulfo Romero: que es además de un santo universal, un hijo meritísimo del pueblo que lo vio nacer”, sin diferenciar entre un beato y un santo, de acuerdo a la ley canónica de la iglesia Católica.
“Creo que es un homenaje que tenía que llegar, llegó, y ahora toca sacar las lecciones (sobre su legado) que aquí se han ido escuchando”, exclamó el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez.
Al declarar a Romero Hijo Meritísimo de El Salvador, los diputados destacaron su labor social y pastoral, en especial su lucha en defensa de los indefensos y los pobres.