La directora ejecutiva de la AmCham, Carmen Aída Muñoz, dijo que son los gobiernos de El Salvador y Estados Unidos los encargados de resolver el aumento arancelario de un 10 por ciento que el país del norte impuso a El Salvador y otras naciones, y que se espera un trato especial para todos aquellos que no tomaron represalias con aranceles recíprocos.
“Estoy segura de que el presidente Bukele con el presidente Donald Trump ya lo están analizando y sé que tendrá un feliz término, ambos gobiernos son afines y se podrá resolver de la mejor manera para ambos países”, declaró Muñoz a periodistas.
Estados Unidos es el principal socio comercial de El Salvador e importa más del 30 por ciento de lo que produce el país.
Cifras del Banco Central de Reserva (BCR) muestran que en los dos primeros meses de 2025 las empresas locales exportaron 350.3 millones de dólares hacia el mercado norteño, mientras se importaron bienes valorados en dos mil 763.2 millones que demandó el país durante el mismo período.
Bukele visitó a Trump el 14 de abril y tuvo como bandera el tema de las deportaciones y migración, pero se desconoce si en esta reunión se abordó un tratado preferencial o reducción arancelaria para las exportaciones salvadoreñas.
Hasta ahora no trascendió si el asunto fue negociado y si hay alguna promesa del estadounidense de no afectar a este país, que además, tiene una balanza comercial desfavorable en su intercambio con el vecino del norte.
El sector privado percibe un acercamiento entre Bukele y Trump como clave para resolver aranceles, aun a costa de convertir al país en un centro de prisión para deportados de Estados Unidos.