El Departamento de Estado de Estados Unidos incluyó a El Salvador en su lista de países que son considerados «principales productores o de tránsito de drogas ilícitas» junto a naciones como Colombia, México, Venezuela, Bolivia, Afganistán y China.
La inclusión de El Salvador en esta lista responde a su ubicación geográfica, que lo convierte en un punto estratégico para las redes de narcotráfico que transportan cocaína y otras sustancias desde Sudamérica hacia Norteamérica. A pesar de los operativos de seguridad y la drástica reducción de la violencia de pandillas bajo el gobierno de Nayib Bukele, el informe estadounidense subraya que el crimen organizado transnacional continúa utilizando el territorio salvadoreño para sus operaciones.
El Salvador presenta sendas noticias dirigidas desde la Casa Presidencial cada vez que la Marina Nacional viaja miles de kilómetros en aguas internacionales para incautar cargamentos de drog. Sin embargo, desde hace seis años no se realiza ningún operativo de gran envergadura para asegurar cargamentos de cocaína en el territorio nacional salvadoreño.
Factores detrás de la designación
El informe del Departamento de Estado se basa en varios factores, incluyendo:
- Ubicación geográfica: El Salvador se encuentra en el istmo centroamericano, una región que sirve como corredor natural para el tráfico de drogas. Su extensa costa del Pacífico, en particular, facilita el transporte marítimo de grandes cargamentos.
- Capacidad de las organizaciones criminales: Aunque las pandillas locales han sido desmanteladas, las organizaciones criminales internacionales tienen la capacidad de corromper a funcionarios y evadir los controles, permitiéndoles continuar con sus actividades ilícitas.
- Flujo de dinero ilícito: El reporte también señala que el país puede ser utilizado para el lavado de dinero proveniente del narcotráfico, lo que representa un riesgo adicional para su sistema financiero y su estabilidad.
En un comunicado, la Oficina del Vocero del Departamento de Estado aclaró que la inclusión de El Salvador no refleja una falta de cooperación o de esfuerzos antidrogas por parte del gobierno de Nayib Bukele.
La inclusión en esta lista no conlleva sanciones automáticas, pero sí puede afectar la percepción de la comunidad internacional sobre la estabilidad y la gobernabilidad del país. Además, puede influir en la cooperación bilateral en materia de seguridad, ya que los programas de asistencia y entrenamiento se ajustan a estas designaciones.
El gobierno salvadoreño, por su parte, ha reafirmado su compromiso en la lucha contra el narcotráfico y ha señalado que los resultados de la «guerra contra las pandillas» demuestran su firmeza en el combate al crimen organizado. La discusión ahora se centra en si las estrategias actuales son suficientes para frenar la actividad de las redes internacionales y si el país podrá ser retirado de esta lista en el futuro, un paso que significaría un reconocimiento a sus esfuerzos en el combate al narcotráfico transnacional.