El dengue avanza silenciosamente en El Salvador

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El dengue avanza silenciosamente por El Salvador, elevando la alerta en el sistema de salud y encendiendo las alarmas en las comunidades más vulnerables. Las autoridades sanitarias han confirmado un incremento significativo en los casos a nivel nacional, una situación que se agrava con el inicio de la temporada de lluvias y el consecuente aumento de criaderos del mosquito transmisor, el Aedes aegypti.

A pesar de los esfuerzos de fumigación y las campañas de concientización, la proliferación del vector sigue siendo el principal desafío. Expertos en salud pública advierten que la lucha contra el dengue no puede centrarse únicamente en la atención médica, sino que debe enfocarse en la prevención desde el hogar y la comunidad.

La situación se ha vuelto crítica en varias zonas del país, donde los hospitales y centros de salud reportan un aumento en las atenciones, especialmente de casos de dengue con signos de alarma. La falta de acceso a agua potable en algunas áreas y la acumulación de basura son factores que contribuyen a la creación de los entornos perfectos para la reproducción del mosquito. La batalla contra el dengue se libra en cada recipiente con agua estancada, desde barriles hasta llantas abandonadas.

Llamado a la Acción Comunitaria

El Ministerio de Salud ha reiterado el llamado a la población para que se sume a la estrategia de «eliminar, limpiar y tapar». Esto incluye:

  • Eliminar recipientes que puedan acumular agua.
  • Limpiar canaletas, techos y patios de la basura que pueda estancarla.
  • Tapar todos los depósitos de agua para evitar que el mosquito ponga sus huevos.

Además, se ha instado a las familias a buscar atención médica inmediata ante los primeros síntomas, como fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos y sarpullido. La detección temprana es crucial para prevenir la evolución a formas más graves de la enfermedad, como el dengue hemorrágico, que pueden ser mortales.

La situación actual del dengue en El Salvador es un recordatorio de que la salud pública es una responsabilidad compartida. Mientras las autoridades intensifican las medidas de control, el éxito de la estrategia dependerá, en gran medida, de la acción decidida de cada ciudadano para proteger a sus familias y comunidades de esta enfermedad.