Un migrante venezolano que estuvo preso en el Cecot, la cárcel de máxima seguridad de El Salvador, aseguró en una entrevista con CNN que fue “brutalmente golpeado” en ese penal tres días antes de ser deportado a Venezuela y que tiene una lesión en la mano.
Luis Alfredo Núñez Falcón es uno de los más de 200 ciudadanos de ese país enviados en marzo por la administración del presidente Donald Trump como parte de su política de deportaciones al penal construido por el Gobierno de su colega Nayib Bukele, que aloja a prisioneros vinculados con las pandillas. Los acusaron, sin presentar pruebas, de estar vinculados con la organización criminal Tren de Aragua.

Casi una semana después de regresar a Venezuela tras un intercambio con diez estadounidenses detenidos en el país sudamericano, Núñez Falcón aún recuerda el instante cuando se abrió la puerta del avión que lo trasladaba a El Salvador. “Ellos mismos se montaron y nos bajaron a golpes”, relató este jueves en entrevista con CNN, refiriéndose al grupo de personas que lo recibió y a quienes no identificó.
CNN ha consultado a la Presidencia del país centroamericano sobre las acusaciones hechas por los inmigrantes venezolanos. Anteriormente, el Gobierno de Bukele ha dicho que respeta los derechos humanos de todos los detenidos y que su sistema penitenciario, fuertemente criticado por varios gobiernos y organizaciones no gubernamentales, cumple con estándares de seguridad y orden.
“Que pidan las cámaras del Cecot del día que llegamos”, dijo Núñez Falcón, en respuesta a la posición que ha mantenido El Salvador. El migrante venezolano recordó la frase que afirma haber escuchado una vez que los recibieron: “Bienvenidos al infierno. Aquí están en el cementerio de los vivos, aquí entras vivo y sales muerto”.
El hombre había llegado a Estados Unidos en busca de trabajo. Luego de ser detenido por las autoridades inmigratorias, pensó que lo deportarían a su país natal.
Nuñez Falcón contó que una bala lo rozó durante uno de varios motines que hubo mientras estuvo en el Cecot. Hoy, aunque ha recuperado su libertad, sigue sin poder dormir bien. “Quedé con algo de trauma”, aseguró.
Con información de CNN