Obama anuncia que vetará cualquier intento de bloquear el acuerdo con Irán

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Barack Obama madrugó este martes para anunciar a los estadounidenses el acuerdo alcanzado con Irán. A las siete de la mañana el presidente norteamericano compareció solemnemente ante las cámaras en la Casa Blanca, en el escenario de las ocasiones históricas.

Presentó el acuerdo como «comprehensivo y de larga duración» e insistió constantemente en la idea de que «no está basado en la confianza, sino en la verificación». Así, Obama desgranó los límites que se imponen al programa nuclear de Irán y advirtió que si la República islámica los viola, las sanciones internacionales volverán a aplicarse. Su advertencia también se dirigió al Congreso, que ahora tiene dos meses para revisar los términos del acuerdo: podrá debatirlo, pero no modificarlo. «Vetaré cualquier legislación que prevenga la aplicación de este acuerdo», afirmó.

Obama, que habló al mismo tiempo que el presidente iraní lo hacía en su país, a la hora en que los destalles del acuerdo quedaban desembargados informativamente, invitó al régimen de los ayatolás a seguir ahora el camino de diálogo internacional emprendido. «Esta es una oportunidad para movernos en otra dirección y debemos tomarla», afirmó. Sus palabras eran eco de la mano que tendió a Teherán nada más llegar a la presidencia en 2009 y la confirmación, según dijo, de su propósito de que EE.UU. «lidere no con la fuerza sino con principios; no en solitario, sino con otros».

El dirigente estadounidense se felicitó de que hubiera llegado a buen puerto esta apuesta por el camino de la diplomacia. Frente a quienes le critican por haber entablado negociaciones con un país en muchos aspectos considerado enemigo, Obama recordó que el presidente John Kennedy también se sentó a negociar con la URSS, país que oficialmente estaba «comprometido en nuestra destrucción». Añadió que eso evitó una «catástrofe nuclear», y que también ahora, a raíz del pacto alcanzado, «el mundo está más seguro».

Si las autoridades de Irán han presentado el acuerdo como una gran victoria, minimizando las obligaciones que se imponen a ese país, Obama hizo lo contrario, remarcando las limitaciones que se imponen al programa nuclear iraní. «Estados Unidos ha negociado desde una posición de fuerza», declaró. Seguidamente enumeró varios aspectos del acuerdo, como la prohibición de producir plutonio; la drástica reducción en la producción de uranio, con la paralización de dos tercios de las centrifugadoras hoy disponibles; la supervisión «donde sea necesario, donde sea necesario» por parte de los inspectores internacionales, y el control en el almacenamiento del uranio enriquecido. Apuntó que las restricciones básicas impuestas durarán diez años, con otras que se aplicarán durante quince años y algunas que se prolongarán durante veinticinco.

Sobre el controvertido asunto del levantamiento del embargo para importación y exportación de armas convencionales que pesa sobre Irán, finalmente aceptado por EE.UU., Obama quiso remarcar que solo será levantado dentro de cinco años en el caso de armas y de ocho en el caso de misiles balísticos.

Según Obama, todo esto aleja a Irán de la posibilidad antes real de elaborar la bomba atómica. «Creo firmemente que nuestro interés en seguridad nacional está en prevenir que Irán pueda desarrollar armas nucleares, y este acuerdo es mucho mejor que no tenerlo: sin acuerdo habría más probabilidades de guerra en Oriente Medio», declaró.

También aseguró que el acuerdo dejaba en una «posición mucho más fuerte» a cualquier sucesor suyo al frente de la Casa Blanca, dado que si Irán no cumple sus compromisos EE.UU. estaría más legitimado a cualquier respuesta, incluida la militar.

Finalmente, Obama quiso tranquilizar a Israel y a Arabia Saudí, países contrarios a la negociación con Irán. Expresó el compromiso de EE.UU. de fortalecer la seguridad de los israelíes y de los países del Golfo.