Nayib Bukele sueña, al jurar como presidente, con volver a un El Salvador con empresa privada pujante, seguridad pública y unidad nacional

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«Sí, protesto», fueron las palabras que respondió el ahora presidente de la República, Nayib Bukele al juramento que le hizo el presidente de la Asamblea Legislativa, Norman Quijano, con lo que tomó el primer cargo del Estado hasta 2024.

Bukele se congratuló de la multitudinaria presencia de quienes le llevaron a la Presidencia con sus votos, «cada uno de los invitados. En otras épocas, ustedes no habrían podido estar en este evento”, les dijo.

La Plaza Gerardo Barrios, en el Centro Histórico de El Salvador fue el escenario de la llegada al poder de Nayib Bukele, quien releva al efemelenista Salvador Sánchez Cerén.

El primer discurso de Bukele como presidente de El Salvador fue con un cariz conciliador y a la vez no se guardó una advertencia al pueblo salvadoreño de lo que viene: «Nos toca tomar medicina amarga, nos toca cuidar a El Salvador”, advirtió a los presentes y a quienes seguían los actos desde la Plaza, televisión, radio o medios digitales sobre el estado en el que recibe el gobierno.

«Entiendo que han sido engañados antes. La diferencia es que esta vez el cambio vendrá de cada uno de nosotros. Tenemos cinco años para hacer de El Salvador un ejemplo para el mundo, de que un pueblo puede salir adelante», continuó Bukele.

Bukele recordó a su audiencia que El Salvador ha sufrido muchas tragedias y gobiernos corruptos (el público estallo en aplausos) y que siempre ha seguido adelante.

«Este pueblo trabajador, el más trabajador del mundo», exclamó el recién juramentado mandatario.

«Habrá momentos difíciles». «Pero tomaremos esas decisiones con valentía y espero que me acompañen a tomar esas decisiones con valentía, para que luego sepan que hicieron lo correcto y que arreglaron El Salvador», dijo.

«Este es un pueblo valiente, al que le debo todo. Pero no vamos a poder salir adelante si no nos unimos. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad individual», afirmó, clamando por la unidad nacional.

El joven presidente hizo un paréntesis en su discurso al callar y empezar a hablar en lenguaje de señas. Luego de gesticular por un momento con sus manos tradujo: «Eso quiere decir que de ahora en adelante el poder está en cada uno de nosotros, en las manos de nuestros de agricultores, estudiantes, comerciantes, escritores, pescadores, amas de casa, de las personas con discapacidad». «Ustedes decidirán cómo quieren ser gobernados porque hoy tendrán un gobierno del pueblo para el pueblo».

Bukele se refirió a la pujanza y liderazgo empresarial de negocios que El Salvador logró en la década de los 60’s, así como la responsabilidad de todos los salvadoreños para hacer su parte en lo que respecta a una «no violencia», a «no tirar basura en la calle», recordó al público que «todos somos parte de la solución de los problemas que nos aquejan».

Con respecto a sus antecesores, Bukele recordó que estos siempre han roto sus promesas, pero aseguró que en esta ocasión, el cambio «llegará de cada uno de nosotros».

«Tenemos solo cinco años, no para pasar la página de la posguerra. Tenemos cinco años para hacer de El Salvador un ejemplo para el mundo», “Tenemos que hacer un mejor país» explicó.

El discurso finalizó con un «juramento”, al que invitó a unirse a cada uno de los asistentes a la Plaza Barrrios y a quienes lo siguieron por otros medios: «Juramos trabajar todos para sacar a nuestro país adelante. Juramos defender lo conquistado el 3 de febrero. Juramos que cambiaremos nuestro país contra todo obstáculo, contra todo enemigo, contra toda barrera, contra todo muro. Nadie se interpondrá entre Dios y su pueblo para poder cambiar a El Salvador. Que Dios bendiga a El Salvador”, terminó.

Con información de Agencia Digital de Noticias -ADN-

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