Por Luis Enrique Contreras Reyes. Año 2016 siglo XXI, la raza humana ha recorrido mucho el sendero de la historia y han sido muchas civilizaciones quienes han formado parte de ella. Nunca han faltado personas y grupos que hablen sobre el fin de los tiempos, acerca de una hecatombe que extermine a nuestra raza.
Thomas Chase, Harold Camping, Michael de Nostradamus y una extensa lista han hablado sobre ello. ¿Pero realmente el ser humano con ese raciocinio tan prodigioso aún no se da cuenta que la destrucción del hombre la estamos labrando en el presente? Se estima que en el mundo se realizan entre 42 y 46 millones de abortos anuales, siendo esta la principal causa de mortandad de nuestra especie. La legalización de estos asesinatos ha contribuido a una aceleración de un exterminio de razas prematuras.
Vemos estas cifras y nos quedamos sin palabras… ¿Como el hombre llego a tan abominable accionar? ¿De qué forma se descontrolo la brújula que nos guiaba? G.K.Chesterton intelectual y escritor ingles, tenía una frase que aún tiene vigencia en nuestros días, cuando se deja de creer en Dios enseguida se cree cualquier cosa.
Siempre debe existir una línea que divida lo bueno y lo malo, no se puede validar todo tipo de conductas y prácticas, recordemos que la libertad no se puede confundir con el libertinaje, sin embargo la soberbia humana ha hecho añicos toda práctica de encauzamiento moral y conductual del hombre. Ideologías políticas de antaño han contribuido al nacimiento de un relativismo moral que en la actualidad está devorando nuestra esencia y naturaleza como seres humanos. Ese valor agregado como seres pensantes y dominantes de este mundo, se ve mermado por la exclusión de las virtudes de la vida del hombre.
Luis Enrique Contreras Reyes
Ya lo decía Aristóteles: La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Este gran filósofo griego nos resume de como las virtudes crean características esenciales para la convivencia humana, para el desarrollo pleno en la búsqueda del bien, él también afirmaba solamente las personas virtuosas pueden amar… y la persona que no ama que puede ofrecer entonces?
Solamente lo antagónico al amor, odio, indiferencia, resentimiento y otras emociones negativas que predominan en nuestra sociedad actual, estamos infectados del virus del egoísmo. Al encubar y dar a luz a estas nocivas emociones empezamos a sembrar y desarrollar los problemas que tenemos actualmente, corrupción, irrespeto a la vida, estafas, etc. El hombre no tiene que esperar un maremoto o huracán devastador de ciudades para eliminarnos por completo, paulatinamente lo hacemos al ser intransigentes con nuestro vecino, con el pobre mendigo que nos ruega una limosna, con nuestros hijos al pedirnos orientación y les respondemos que no tenemos tiempo.
La destrucción del hombre está servida, nosotros mismos hemos colaborado en ordenar la mesa donde nosotros como seres humanos seremos el banquete principal. Sin embargo aún tenemos tiempo, todavía podemos evitar esta catástrofe que amenaza con eliminarnos del mapa existencial. Hagamos la diferencia, inculquemos virtudes y valores en nuestros hijos y que sean hombres y mujeres con mucho dentro del pecho.
Luis Enrique Contreras Reyes