Daniel Ortega, el patriarca de Nicaragua

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A José Daniel Ortega Saavedra la vida le ha ido dando traspiés y colocando en diversos alambres de los que él siempre ha sabido caer de pie. El hombre que con toda seguridad sumará, tras el trámite burocrático de hoy, su tercer mandato consecutivo desde 2007, ya llevó las riendas de la Nicaragua postrevolucionaria entre 1979 y 1990, tiene un controvertido pasado del que él ha ido tomando distancia. Tirano par algunos, salvador de los pobres para otros, un “superviviente” para todos.

Nacido en 1945 en la localidad de La Libertad, entró en la disidencia desde la cuna. Sus padres, Daniel Ortega y Lidia Saavedra, eran opositores al régimen dictatorial de Anastasio Somoza García, patriarca de una estirpe de sátrapas que gobernaría el país desde 1934 a 1979.

Con 18 años, Ortega abandona sus estudios de derecho para enrolarse en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y con 20 años es ya un comandante del movimiento.

En 1967, a la vez que era nombrado nuevo presidente de Nicaragua Anastasio Somoza, es capturado en el trascurso de un atraco a un banco. Durante siete años sufre un duro castigo carcelario hasta que es liberado en 1974.

Va entonces a Cuba y un año después Ortega regresa a Nicaragua donde encuentra un FSLN partido en tres facciones. Él, junto a su hermano Humberto, se integra en uno de esos enfrentados grupos que sólo el apadrinamiento de Fidel Castro consigue reconciliar.

En 1978, Ortega se une sentimentalmente a otra miembro del FSLN sin la que Nicaragua es hoy imposible de explicar, Rosario Murillo, con la que tiene siete hijos y que es hoy la candidata a la vicepresidencia en las elecciones. “Nada pasa en el país sin que ella lo apruebe”, explicaba un alto político centroamericano a periodistas recientemente.

Las tres facciones, en 1979 cuando ya se vislumbra la caída de Somoza, se juntan en lo que se llamó Dirección Nacional Conjunta que acaba controlando Ortega por las desconfianzas de los realmente llamados a liderar el proceso. “Daniel Ortega fue elegido porque él tenía un temperamento temeroso, indeciso, y hasta inhibido. Era sumamente pasivo en las reuniones y generalmente se ausentaba socialmente”, indica una persona muy cercana al entonces presidente en un artículo del periódico ‘La Prensa’.

1984, primeras elecciones democráticas

En 1984, fecha de las primeras elecciones democráticas y tras cuatro años de encabezar la Junta de Gobierno, Ortega gana con un 63% de los votos.

Seis años después, sin embargo, Ortega pierde los comicios frente a Violeta Chamorro, que encabezaba una candidatura de un bloque de izquierdas y derechas. “No fue democrático, el pueblo votó con el terror a una guerra impulsada por los yanquis”, se justificó el hoy presidente.

En 1998, cuando Ortega es un diputado de la Asamblea Nacional, se produce uno de los hechos más polémicos de su biografía: su hijastra, Zoilamérica Murillo, hija de su esposa Rosario Murillo, presenta una denuncia contra Ortega por abusos sexuales que habría sufrido desde los 12 años. La madre de la demandante y esposa del demandado apoya al segundo y el largo proceso concluye en 2001 cuando un juzgado manifiesta que la acción penal está prescrita.

Ningún escándalo, ni el hecho de perder tres elecciones seguidas, le quitan el poder del FSLN. Ortega va modificando tras cada varapalo en las urnas su línea más radical por un populismo menos ortodoxo del que se van bajando parte de ex combatientes sandinistas que consideran a Ortega un traidor a la revolución que sólo ansía el poder.

Hoy, la desbandada entre los viejos combatientes es alargada. “Daniel es un político sagaz. Tiene todas las mañas del gato que entra a la casa y se roba la comida”, le define Henry Ruiz, el que fuera su ministro de Planificación de 1979 a 1990. “Fue una revolución muy bella, lo que pasa es que fue traicionada”, dijo el poeta, sacerdote y también ex ministro de Cultura sandinista Ernesto Cardenal.

En 2006, en su quinta candidatura a presidente, un Ortega pacifista, cercano a la Iglesia y que usa a John Lennon como música revolucionaria de sus mítines, vence con un 36% de los votos ante la total división del resto de la Asamblea.

Desde 2007, el país y sus instituciones pasan a formar parte del emporio Ortega,según muchas voces críticas y regresa a la senda de la lucha revolucionaria en favor de los desfavorecidos, según sus miles de seguidores.

En 2011, Ortega cosecha un segundo triunfo, esta vez con con un 62% de los votos, entre denuncias de amaño de la oposición.

El ya mandatario más longevo de la historia de Nicaragua, algo cansado y enfermo, llega a estas elecciones apoyado en su mujer y en su familia. Rosario será vicepresidenta, y sus hijos, todos empresarios de renombre en Nicaragua, seguirán controlando el país como años atrás su padre y sus compañeros lucharon para que dejarán de hacer los Somoza.