El Salvador es uno

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Por Mauricio Eduardo Colorado.-

Desde que la revolución Rusa de 1917, e inclusive antes, durante el tiempo de las luchas políticas contra el imperio de los Zares, las sociedades se disputan  el poder entre la teorías de Marx y Engels, y entre las ideas conservadoras.

En Europa, Lenin, alcanzo el poder en 1917 e impuso por medio de una sangrienta revolución, un régimen que duró hasta que Gorbachov, con su Perestroika, sustituyó al gobierno comunista por un gobierno más razonable que cambió el panorama político de la hasta entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y producto de eso, vino la conversión de esa URSS, a las republicas Rusas.

En el Salvador, Farabundo Martí, intentó la toma del poder por medio de una revolución socialista, que fracasó porque el Gobierno, logró responder a tiempo, y en una defensa del sistema derrotó la salvaje insurrección que arrastró con cientos de vidas de gentes de ambos lados, pero que al fracasar, logró conservar el sistema de libertades que aún ahora –con grandes dificultades- se ha logrado subsistir.

En América. Cuba, por medio de otra revolución dirigida por Fidel Castro, tomó el poder y estableció un régimen comunista totalitario que todavía subsiste. Chile, en su momento logro a través  de elecciones subir al ejecutivo a un líder comunista, Salvador Allende, quien después de pocos meses, y ante la crisis económica y social en que sumió al país, fue derrocado.

Pinochet, el soldado que salvó al país, logró desarrollar un sistema económico que recupero la economía y que los gobiernos socialistas moderados que le han sucedido han decidido respetar, por los magníficos resultados obtenidos.

Después, han venido gobiernos como los de Bolivia, Nicaragua y Ecuador, que son una mezcla de gobiernos revolucionarios y conservadores, que mantienen por una razón u otra, una especie de calma latente entre los ciudadanos de dichos estados. Venezuela, país petrolero de América, es ahora el país donde se produce la prueba de fuego, ya que la política oficial, produce escasez de productos básicos que mantiene en permanente zozobra a la población,  y en una represión brutal para quien reclama libertad y abundancia.

En El Salvador se desarrolla una lucha fuerte entre las dos ideologías, que ambas intentan  dominar el poder político. Se percibe una tendencia a imponer por la fuerza los métodos de gobierno del socialismo, pero existe una fuerte oposición a aceptar semejante cosa, de parte de las fuerzas democráticas, que procuran que los principios que rigen la Carta Magna sean respetados sea quien sea quien gobierne.

El Salvador es uno, y esperamos que las fuerzas políticas logren armonizar sus intereses, con respeto absoluto al orden legal y puedan coexistir todos los ciudadanos en este único territorio. Un esfuerzo complicado y difícil, pero no imposible.

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