General Vides Casanova, de héroe condecorado en EE.UU a deportado

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El miércoles pasado, como cualquier mojado que alcanza las fronteras de los Estados Unidos ilegalmente, el General Carlos Eugenio Vides Casanova, arribó  al país en un avión federal de los EE.UU en calidad de deportado.

El General Vides Casanova, dos veces condecorado por el gobierno norteamericano, sirvió a la República primero como Director General de la Guardia Nacional, GN, y después como ministro de Defensa del gabinete de seguridad en el gobierno del Ingeniero José Napoleón Duarte.

Como Director de la Guardia Nacional, Vides Casanova tuvo a su cargo la difícil tarea de enfrentar y resolver junto a la Fuerza Armada, la famosa ofensiva guerrillera del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, llamada “ofensiva final”.

La euforia roja de la guerrilla, armada hasta los dientes, buscaba apoderarse de la nación con el objeto de instaurar en el país un régimen socialista de carácter marxista leninista, lo que hubiese significado, en ese momento de la época, un golpe político militar de gran envergadura que desmantelaría nuestro sistema democrático y representativo cambiándolo por otro de carácter totalitario.

Si para El Salvador esa situación habría sido traumatizante para los Estados Unidos hubiera sido peor, hubiese sido el preámbulo de su rendición ante la ex Unión Soviética y su desaparecimiento como la nación más poderosa del planeta. Su historia se habría ido por el fregadero.

Ante esa situación, viendo que América Latina se le escapaba de las manos, los Estados Unidos decidieron utilizar estrategias de auto defensa usando como escudos a los países que como El Salvador, estaban dispuestos a luchar por conservar su libertad y sus principios y con ellos los de la propia nación norteamericana.

Los Estados Unidos hicieron suya la lucha de El Salvador contra los guerrilleros marxistas leninistas del FMLN como lo hicieron con Vietnam del Sur e igual que en Vietnam, fracasaron.

Sus estrategias de gastar dinero a manos llenas lo único que lograron fue corromper a muchos de los mandos medios de los ejércitos de los países que se encontraban en conflicto desmoralizando a sus tropas y fortaleciendo la “moral revolucionaria” de sus enemigos.

Los militares se hicieron sumisos y salvo honrosas excepciones, ninguno se atrevía a cuestionar la “ingerencia” militar de los Estados Unidos en sus respectivos países.

Solo tres militares salvadoreños se han atrevido a hablar de igual a igual con sus homólogos de los Estados Unidos: el General Maximiliano Hernández Martínez, que ordenó el retiro de una nave de la armada norteamericana con las que los Estados Unidos pretendían proteger sus intereses durante la insurrección comunista del 32; el General José Alberto Medrano quien sirvió en Corea como “Green Beret” y que, después de hacer una gira al territorio en guerra del Vietnam, acusó al General Westmoreland de promover la corrupción entre los militares sud vietnamitas y el General Carlos Eugenio Vides Casanova quien reclamaba constantemente por el accionar de malos asesores norteamericanos durante el conflicto.

Controlada en El Salvador la famosa acción militar “ofensiva final” dio inicio la guerra popular prolongada que fortaleció a la guerrilla marxista y sus apoyos comunistas de las FPL en las montañas del país hasta que se firmaron los Acuerdos de Paz de 1992.

La guerrilla del FMLN  no ganó la guerra pero sí logró su principal objetivo de lucha: que se desmantelaran los cuerpos de seguridad y el más reconocido de ellos, la Guardia Nacional de la que Vides Casanova fuera director antes de ser ministro de la defensa nacional.

Ha llovido mucho desde entonces. Los Estados Unidos parecen haber olvidado los asesinatos de sus ciudadanos a manos del FMLN y departen amigablemente con los responsables máximos de esos crímenes mientras dan la espalda a quienes les ayudaron en su lucha contra los anti imperialistas de izquierda.

Un ejemplo de ello es el General Carlos Eugenio Vides Casanova. Vides Casanova decidió establecer su residencia en el sur de los Estados Unidos sin saber que este país un día lo traicionaría olvidando lo que hizo por la causa de la democracia y lo deportarían a sus orígenes como a cualquier indocumentado.

De todas maneras, no creemos que el General Vides Casanova hubiese querido pasar sus últimos años en otro lugar que no fuera su patria, El Salvador.