Fracasaron las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos. La falta de un acuerdo obligó al gobierno federal a iniciar un cierre parcial de sus actividades por insuficiencia de fondos para financiarlas. La medida afectará beneficios sociales, servicios estatales e incluso investigaciones científicas.
A medida que se acercaba la medianoche del viernes, hora tope para lograr un acuerdo, se desvanecieron las esperanzas de los republicanos de mantener operativa la administración, al negarse a atender las presiones de los demócratas que impusieron la protección de deportación de los llamados “dreamers”, los jóvenes indocumentados. Una hora antes de que la administración se quedara oficialmente sin fondos, los demócratas rechazaron la propuesta en una votación.
Los demócratas se habían mostrado ya reacios a la iniciativa, argumentaban que temían ser extorsionados, porque consideran que la extensión del programa de acción diferida, que evitaría la deportación de unos 800 mil jóvenes que ingresaron sin documentos al país cuando eran niños, podría estar condicionada a la aprobación del presupuesto.
Portavoces de la Casa Blanca se pronunciaron inmediatamente después de anunciada la medida, advirtieron que no negociarán el estatus de los llamados soñadores para lograr nuevos fondos.
Donald Trump rechazó a través de su Twitter lo ocurrido en el Congreso: