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México detalla plan para Centroamérica, durante cumbre de ONU sobre migración

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Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores de México, presentó este lunes, en la ciudad marroquí de Marrakech, junto con sus homólogos de Guatemala, Honduras y El Salvador detalles del Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, el cual está conformado por cuatro ejes: origen, tránsito, destino y retorno.

En su participación en conferencia de prensa sobre el Plan de Desarrollo Integral, el canciller Ebrard señaló que México ha asumido el compromiso de cooperar y estar cerca con los países de Centroamérica, pues se tiene la certeza de que este plan es factible, posible y eficaz.

El canciller mexicano dijo que “es una vergüenza” lo que sufre un emigrante que cruza su país, en referencia a una pregunta sobre los robos a que son sometidos muchos emigrantes cometidos presuntamente por policías.

Lo que hoy sucede a un emigrante que cruza nuestro territorio es una vergüenza, y México no puede permitírselo”, dijo Marcelo Ebrard quien también afirmó que “debe reducirse el número de deportaciones” practicadas por su país de emigrantes centroamericanos, y que según Amnistía Internacional superaron las 80.000 personas en 2017.

Ebrard durante su participación en el Pacto Global para una migración regular, ordenada y segura. (@SRE_mx)
Ebrard durante su participación en el Pacto Global para una migración regular, ordenada y segura. (@SRE_mx)

Además, Ebrard se mostró contrario a los campamentos para emigrantes en situación irregular donde se practique algún tipo de “confinamiento forzoso” o en lugares cerrados.

Ebrard hizo estas declaraciones en una comparecencia conjunta con los cancilleres de Guatemala, Honduras y El Salvador, presentes como él en Marrakech para firmar el Pacto Global para una migración regular, ordenada y segura y para presentar con tal ocasión el “plan de desarrollo integral” para estos tres países y la región del sur de México, el llamado “triángulo norte”, de la mano de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El plan supone un intento de “competir con la narrativa que se impone en el mundo y en las Américas, una narrativa de exclusión y control de la emigración”, y de “voltear hacia el sur”, señaló Ebrard, quien recordó que los cuatro países concernidos por ese plan suman 160 millones de habitantes.

Ebrard dijo que la cita de Marrakech ha servido para presentar este plan y ya ha recibido promesas de apoyo de al menos siete países -que no citó-, y añadió que no duda del compromiso de las distintas agencias de la ONU en esos proyectos de desarrollo.

Los cancilleres de Guatemala, El Salvador y Honduras agradecieron a iniciativa mexicana del plan y señalaron que sus países están todavía identificando sus necesidades de desarrollo antes de presentar todos los detalles del plan a nivel internacional (en Europa, América y Asia) a principios de 2019.

Previamente, y en una entrevista con periodistas, Ebrard había especificado que el plan consistirá en proyectos energéticos, agrícolas, educativos y sanitarios en los cuatro estados, pero sin dar más precisiones.

Ebrard señaló, durante la entrevista, que México va a cambiar su tradicional enfoque “restrictivo” hacia la emigración para garantizar mejores condiciones al “más de medio millón anual” de centroamericanos que transitan anualmente por su territorio.

Ebrard llevó a Marrakech un enfoque muy abierto hacia la emigración, consciente de las diferencias a este respecto con su vecino del norte, Estados Unidos, que se opuso al Pacto desde un primer momento y que no ha abandonado incluso su proyecto de levantar un muro en la frontera con México.

El canciller dijo que su país quiere “cambiar el paradigma migratorio desde una perspectiva humanitaria”, tras reconocer que “hoy es muy difícil ir a México a estudiar y trabajar, y queremos facilitar (el proceso) para hacerlo legalmente, pues es un error poner a la gente fuera de la ley y precarizarlos”.

Sostuvo que actualmente su país soporta un flujo migratorio “de más de medio millón de personas al año”, de los que la famosa caravana centroamericana es solo una pequeña parte, y al respecto aseguró que su gobierno ya ha comenzado a prestarle apoyo humanitario, sobre todo a las 6.000 personas que se encuentran en Tijuana.

Valla fronteriza en Tijuana.

Ebrard llamó la atención al hecho de que casi un tercio de la caravana de Tijuana está formada por menores, algunos no acompañados, “y hay que poner mucha atención a eso”, por lo que lo prioritario es que los niños estén atendidos, además de proveer condiciones sanitarias y albergue, y posteriormente trabajo.

Pero más allá de la cuestión urgente de la caravana, el nuevo gobierno mexicano “quiere hacer algo diferente” con la emigración, y por ello se ha asociado con tres gobiernos vecinos en un plan global de desarrollo para el sur de México, Guatemala, Honduras y El Salvador que ayude a las personas a asentarse en sus países en lugar de emprender un incierto viaje.

El plan fue presentado el 1 de diciembre y hoy será desarrollado en detalle en Marrakech; incluye propuestas para reducir el costo energético, promocionar el sector agropecuario reduciendo el impacto de una mala cosecha, como ha sucedido con el café, y mejorar la salud y la educación (solo en Honduras hay un 20% de analfabetos, recordó).

Ebrard dijo no disponer de las cifras globales del costo del plan, pero sí de las que supondrá solo para el sur de México: allí se van a necesitar 25.000 millones de dólares en los próximos cinco años.

Hemos pedido ayuda a muchos países y hemos encontrado muy buena disposición”, dijo, sin entrar en detalles.

Con respecto a la actitud que puede tener su vecino del norte, Estados Unidos -el deseado destino último de toda la emigración centroamericana-, sobre este plan de desarrollo, Ebrard no ocultó que le daría “muchísimo gusto” que se sumara a él, pero “si no desea participar, lo haremos nosotros solos: son decisiones de México”.

El canciller evitó criticar frontalmente a Estados Unidos, un país con un enfoque migratorio totalmente opuesto, ni siquiera en referencia al muro que su presidente Donald Trump quiere construir en la frontera: “Es una decisión de ellos, ahí no podemos ni debemos participar”, señaló.

Y sobre la negativa de Trump a sumarse al Pacto migratorio global de Marrakech desde el mismo principio, Ebrard dijo que no ve en el vecino flexibilidad: “No creo que podamos modificar decisiones propias de Estados Unidos, sería ingenuo pensarlo, pero nosotros hacemos lo que nos corresponde: suscribir el pacto y llevarlo a cabo”.

Por último, y sobre la política exterior en general, Ebrard -nombrado hace solo una semana- dijo que su país va a buscar “una mayor presencia en el mundo, la que nos corresponde según el peso que el país tiene”, y prometió “varias propuestas a nivel internacional y en la ONU”.

 

Con información de @SRE_mx y EFE

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