El salvadoreño Kilmar Ábrego García, deportado por error, está regresando a Estados Unidos, donde enfrentará cargos penales por presuntamente trasladar migrantes indocumentados dentro del país cuando fue capturado, según han confirmado fuentes a la cadena ABC News.
El caso de Abrego García cobró notoriedad porque el gobierno de Donald Trump admitió por primera vez un error en sus deportaciones. El salvadoreño, de 29 años, que residía en Maryland, fue deportado a la megacárcel de máxima seguridad conocida como Centro de Confinamiento del Terorismo (Cecot) de El Salvador el 15 de marzo a pesar de contar con una protección judicial que prohibía su traslado.
Según ABC News, un gran jurado federal lo ha acusado de presuntamente transportar migrantes indocumentados dentro de Estados Unidos. Abrego García había sido acusado por el gobierno de pertenecer a la pandilla criminal salvadoreña MS-13, a pesar de que no aportó ninguna prueba y de que sus abogados y su familia lo han negado.
La Administración Trump desobedeció hasta la fecha las órdenes judiciales que le instaban a enmendar su error y devolver a Abrego García a Estados Unidos. Incluso el Tribunal Supremo pidió al Gobierno que “facilitase” su retorno.
A pesar de haber reconocido el error, desde la Administración se ha intentado justificar su expulsión. En abril se hizo público un vídeo de un control de tráfico de 2022. En él, Abrego García conducía un vehículo en el que viajaban ocho migrantes indocumentados. Aunque no se presentaron cargos contra él, las autoridades lo han mostrado como una prueba de sus presuntas actividades delictivas.
Abrego García llegó a Estados Unidos con 16 años, huyendo de las amenazas que recibía por las pandillas que dominaban El Salvador. En 2019 recibió la protección de un juez para no ser deportado, pues se exponía a represalias en su país de origen. En Maryland trabajaba como obrero metalúrgico y vivía con su mujer, un hijo en común y otros dos de una relación anterior de su esposa.
El gobierno salvadoreño de Nayib Bukele le negó a Kilmar cualquier tipo de ayuda y lo hundió en el temible CECOT, redeoado de pandilleros de la peor calaña, negándole su legal retorno a los Estados Unidos bajo la excusa de no tener la «capacidad» para devolverlo a su país de adopción, sin embargo, al conocer que sería juzgado por un presunto delito, lo liberó y ha colaborado en su traslado inmediato.
