Nayib Buykele y Nicolás Maduro se han trenzado en un duelo insólito. El presidente de El Salvador ofreció a su igual liberar a 252 venezolanos deportados de Estados Unidos y alojados en la cárcel de máxima seguridad conocida como Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), a cambio de que Venezuela hiciera lo propio con “un número idéntico” de presos por razones políticas.
Maduro aprovechó la noche del lunes para darle a su indignación un tono religioso. “Dos meses después de no saber de ellos, por primera vez, cuando los católicos estamos celebrando que Cristo resucitó, mete la puñalada y reconoce que tiene 252 venezolanos en cárceles a su disposición, sin juicio y sin derecho a la defensa”, dijo durante su programa televisivo Con Maduro +.
Uno y otro ganaron elecciones cuestionadas por razones distintas. Sobre sus espaldas cargan denuncias por el uso sistemático de la represión estatal. Sin embargo, Maduro considera que solo Bukele es un “violador serial” de derechos humanos. “¡Póngase a derecho! Dé una fe de vida de los secuestrados, permita acceso de abogados y familiares y abandone el camino de la desaparición forzada”, espetó.
Tanto las deportaciones desde EEUU como el caso de los migrantes confinados en el CECOT, parte de los cuales ni siquiera tenían antecedentes penales, le permitieron al Palacio de Miraflores intensificar sus denuncias contra una administración como la de Donald Trump que, a la par, reinstaló las sanciones económicas contra Caracas.
“Crimen de lesa humanidad”
El Salvador acordó con Washington convertir a su cuestionado CECOT en un lugar de alojamiento de migrantes expulsados a cambio de módicos beneficios económicos. El encarcelamiento en esa instalación de los 252 venezolanos fue tomado por el Gobierno como una causa propia. Maduro recordó a su audiencia que las personas encarceladas se encuentran “sin acceso a llamadas, abogados, organismos de derechos humanos, no tienen jueces naturales”. Se trata de venezolanos “secuestrados” por un Estado, lo que representa “un delito grave de lesa humanidad”.
El presidente de la Asamblea Nacional (AN) y principal negociador con la oposición y la diplomacia norteamericana, Jorge Rodríguez, calificó a Bukele de “payaso” y advirtió que “deberá responder por esos crímenes“. Rodríguez reclamó al presidente salvadoreño que respete el derecho internacional y “permita que por lo menos un abogado pueda recibir información de los secuestrados” y sepa “cuál delito cometieron”. A su vez vinculó la movida de Bukele con María Corina Machado, la principal y más radical referente del antimadurismo.
La polémica entre los mandatarios se inició días atrás. “Usted ha dicho en numerosas ocasiones que quiere a los venezolanos de regreso y en libertad”, le dijo Bukele a su colega, al comunicarle el ofrecimiento de un “canje”. Recordó que entre los detenidos en Venezuela se encuentra Rafael Tudares, yerno de Edmundo González, proclamado por la oposición ganador de la contienda presidencial, el periodista Roland Carreño o la abogada y la activista Rocío San Miguel.
El Tren de Aragua
Bukele quiso en esa oportunidad de recordar que no son situaciones análogas. “A diferencia de usted, que tiene presos políticos, nosotros no”. Y añadió: “todos los venezolanos que tenemos bajo custodia fueron detenidos en el marco de una operación contra pandillas como el Tren de Aragua en EEUU”.
El nombre de esa banda de delincuentes surgida en cárceles venezolanas y luego instalada frontera afuera ha servido para criminalizar a todos los venezolanos han intentado instalarse en el exterior. “Nuestros detenidos, muchos de los cuales han asesinado, otros han cometido violaciones, y algunos incluso habían sido arrestados en múltiples ocasiones antes de ser deportados, sus presos políticos no han cometido ningún delito. La única razón por la que están encarcelados es por haberse opuesto a usted y a sus fraudes electorales”, se regodeó el centroamericano, uno de los aliados de Trump en la región junto con Daniel Noboa, de Ecuador, y el ultraderechista argentino, Javier Milei.