El último bolero

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Por Mauricio Yanes

“No hay peor exilio que el del alma”

Parlamento de Sofía.

¿Hay una o dos Cubas o solo una? Parece que hay dos. Una Cuba que vive aún en la isla y otra la de la gente de Cuba que vive en Miami y en USA. La distorsión de la información (que llega hasta la alteración de los mapas) no nos permite dimensionar el problema de la gente de Cuba y la gente de Cuba en la Florida, solo hay unos 150 kilómetros por mar para encontrar a tu gente… como ir a San Miguel desde Santa Tecla. Eso hace que el drama de la lejanía y la cercanía se vuelva más dramático. La obra “El último bolero plantea ese delirio sentimental, político, social y psicológico. Como ponen en el programa de mano: “La inmigración forzada, un reencuentro doloroso después de más de tres lustros de separación, la ruptura familiar, los prejuicios y la incomprensión, son algunos de los aspectos que aborda esta obra, elementos que son expuestos en los diálogos que encaran a madre e hija. La madre (Sofía) regresa a Cuba, luego de vivir en Miami, para revelar un secreto que la hija (Beatriz) ni siquiera puede imaginar. Los finos matices psicológicos que se presentan en el desarrollo de la obra, permiten al espectador ir descubriendo los dolores, pero también las esperanzas de las dos mujeres.”

1- Una obra simbólica

El montaje está lleno de símbolos cubanos enlistaré algunos elementos y prometo no revelar la trama ni el desenlace para que la vayan a ver. Sofía representa la Cuba de antes de la Revolución. Sus tradiciones el “tumbao” cubano de Celia Cruz, Tres Patines y Bolita de Nieve brotan en la boca de Sofía. Por su parte Beatriz es la nueva Cuba andrógina, misógina y misántropa. Encerrada en sí misma con sus propios lentes para ver su tiempo, su realidad y su gente. Beatriz toma mate, una clara referencia a ese argentino ciudadano del mundo y símbolo de la revolución inacabada y eterna de los pueblos latinoamericanos. Sofía práctica el deporte nacional cubano… discutir y echar puteadas El teléfono representa la única vía que hay entre Cuba y USA, por lo menos hasta antes de la llegada de Obama a Cuba. Hay muchos otros símbolos actorales y literarios pero es mejor que los descubran con su visita.

2- Un montaje minimalista

Los montajes minimalistas no son de mi agrado. Pero los respeto y los apoyo por dos razones fundamentales. Una es que le dan al teatro un aura de magia e imaginación que hace que el espectador se esfuerce en “meterse en la obra”. La segunda es que no está la magdalena para tafetanes, es decir nuestras producciones teatrales deben explotar el recurso del poco presupuesto y presentarlo y dimensionarlo de la mejor manear. Y el montaje de Barraza lo logra al máximo, complementado con una impecable actuación de Claudia Acosta y Karla Rivas y adobado con una precisión quirúrgica en los efectos de luces, sonido y música la obra es teatro moderno perfecto.

3- Una alta exigencia a la erudición

Hay cosas que no son para todos los gustos. Como crítico en ciernes debí ir al estreno. Pero bueno me tocó ver la obra con gente que no tiene la educación teatral mínima y hubo algunos incidentes dada la naturaleza exquisita de la obra en tanto que montaje y texto. Sin embargo el resto de quienes la vimos la disfrutamos al máximo. Son huidizas las referencias al Marie, la toma de la embajada de Perú y el arreglo de asilo lo que hace que la obra , a quienes no saben mucho de Cuba; los pierda y los desoriente, es más hasta los aburra como al chico que estaba a media obra de teatro chateando en Facebook ante la vergüenza y los reclamos tácitos de su novia.

4- Dos personajes que exigen al máximo a las actrices

Las actrices se exigen al máximo en dos personajes nada accesibles. Tanto Claudia como Karla , sin embargo hacen una excelente performance.

5- No hay nada más duro que criticar a un amigo

No hay crítica constructiva, crítica viene de crisis y toda crisis destruye y corroe. Lo que no es crítica es comentarios y ya hice varios unas líneas más arriba. Debo hacer notar algunas cosas que van directamente a mi amigo Boris Barraza, a quien conozco de toda la vida, como director, pero que en nada demeritan el trabajo.

5.1- Movimientos repetitivos de las actrices hipnotizan y pueden cansar al público.

5.2- Algunos detalles del vestuario son demasiados clichés.

5.3- Hay algunos anacronismos como mencionar que la obra se desarrolla en el Siglo XXI y hablar de Robert Redford y Barbra Streisand como sex simbols vigentes.

5.4- El clímax de la obra (que no es el final) a mi gusto debe ser más repintado.

6- Boris Barraza 70 Alejandro Sáenz 80000. A esa misma hora se presentaba Alejandro Saenz en los alrededores del Estadio Mágico González era difícil transitar, en el Teatro poma estábamos no más de setenta personas. Sin comentarios. De toda forma es una labor encomiable en un lugar donde la gente prefiere ir al Estadio a v er Fútbol o aun cantante extranjero que ver teatro, Boris decía en el inicio de la obra “En este país es más barato ir al teatro que al cine, pero la gente sigue yendo más al cine”. Felicito a Boris por su incursión como director teatral, estoy seguro que este no será su último bolero.

Abur.

FICHA TÉCNICA

Texto original de: Iliana Prieto Jiménez y Cristina Rebull Prada

Producción: Operación Hormiga Teatro Dirección: Boris Barraza.

Reparto:

Sofía: Claudia Acosta

Beatriz: Karla Rivas.