El presidente egipcio reclama cambios en la enseñanza del Islam para detener los atentados

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El presidente egipcio Abdelfatah Al-Sisi y el gran imán Ahmed Al-Tayeb, enfrentados por la enseñanza del Islam.

Los brutales atentados perpetrados por el Estado Islámico (ISIS, por su siglas en ingles) el domingo de ramos contra las iglesias en Tanta y Alejandría, Egipto, asesinaron al menos a 45 personas e hirieron a 200 más. Estos ataques terroristas muestran indubitablemente la naturaleza de la creciente amenaza yihadista contra las minorías religiosas en el Medio Oriente.

Entre los miles de islamistas y sus simpatizantes en las redes y herramientas sociales de todo el mundo que celebraron y justificaron el número de muertos en esos ataques terroristas, un partidario del ISIS describió en Facebook y Telegram a los cristianos coptos como “sionistas, magos” (una palabra peyorativa del arabe que refiere a los zoroastrianos) pertenecientes a una “hermandad satánica” y a un “pueblo maldito que no posee religión y es enemigo del Islam”.

Durante los últimos 2 años, Infobae ha traducido, documentado, informado y analizado este tipo de expresiones de odio que se difunde a través de medios de comunicación afines al terrorismo en los foros de islamistas y yihadistas en idioma ingles, francés y especialmente árabe.
Mientras que los cristianos han sido blanco frecuente de esta propaganda, también lo han sido los judíos y los musulmanes heterodoxos, seculares, liberales y libres pensadores de diferentes clases. Y mientras este material ha estado circundándonos por siempre, se ha vuelto mucho más fácilmente disponible con el auge de las redes sociales.

El ISIS es sólo la última entidad yihadista en atacar a los cristianos a lo largo de décadas en Oriente Medio y, de hecho, todos los grupos terroristas utilizan ampliamente páginas web y redes sociales de forma permanente popularizando su discurso de odio contra las minorías religiosas, contra musulmanes que no adhieren a sus ideas (a quienes llaman apóstatas), contra los judíos y contra otros grupos menores que no acompañan la doctrina de la yihad global.

Sin embargo, las expresiones radicales del fundamentalismo islámico no solo pueden leerse en foros yihadistas o en la revista mensual Al Dabiq (دابق), órgano de prensa oficial que publica el ISIS. Un día después del ataque a las Iglesias, el diario egipcio Al-Watan (الوطن) informó que el presidente de la República, Abdelfatah Al-Sisi, reunió a los más prominentes clérigos musulmanes de la Universidad Al-Azhar en su despacho presidencial para comunicarles sobre la aplicación del estado de alerta máxima de seguridad por los próximos tres meses en el país.

También “les ordenó que comiencen a trabajar una curricula modificada sobre cómo se enseña el Islam a los musulmanes en esa casa de estudios”. Al-Sisi dijo a los jurisconsultos islámicos que “el corpus de textos e ideas islámicos que se ha sacralizado a través de los siglos” está “antagonizando al mundo entero; Egipto está siendo desgarrado y destruido y se está perdiendo por nuestras propias manos”.

La autoridad islámica más alta de Egipto, el Gran Imán Dr. Ahmed Al-Tayeb, respondió al presidente defendiendo a la Universidad Al-Azhar y al corpus sagrado de los textos e ideas islámicas, diciendo que “muchos reformadores están ansiosos de ver ese corpus del Islam eliminado de la currícula de la Universidad, solo porque incluye matar a los apóstatas, quemar a los infieles, perseguir a los cristianos y destruir iglesias”.

Al-Tayeb descartó el llamado a la reforma tildándolo de quijotesco y favorable a los seguidores de la cruz. “Nuestra currícula religiosa no debe cambiar” dijo al-Tayeb al Presidente; “la Universidad Al-Azhar no cambiara aspectos religiosos porque proclama el verdadero discurso religioso, el que aprendimos de nuestros mayores, que es la ley de los ancianos del Islam y lo que el profeta legó a los musulmanes porque algunos digan que predica el odio a los infieles. Ese no es el problema de Egipto”.

El clérigo, que visitó Roma el pasado año invitado por el Papa Francisco y a quien el sumo pontífice retribuirá la visita a finales de mes en El Cairo, agregó que “el Vaticano, los países extranjeros, occidente, el sionismo y sus organizaciones fascistas” son el problema de Egipto: “Los coptos son libres de marcharse del país si no les agrada nuestra forma de vivir el Islam”.