Por Eduardo Vázquez Bécker.
La expectativa causada por la posible cancelación del partido Cambio Democrático ha generado la necesidad de que algunos dirigentes de Nuevas Ideas, el movimiento político de Nayib Bukele, comiencen a buscar en otros puertos, otro “barco” desde donde su mesías pueda navegar hacia la presidencia de la República.
A Nayib solo le va quedando la alternativa de GANA y dependiendo de las condiciones del “abordaje” se debe dar prisa porque a final de cuentas, se puede quedar sin barco; ni siquiera con un salvavidas.
Como se da por descontado que la Sala de lo Constitucional procederá a la declaratoria de cancelación, los personeros tanto de GANA como de Nuevas Ideas deben darse prisa.
Dado que no se trata de principios, ni de moral política, el asunto se reduce a establecer las reglas y procedimientos a seguir a fin de que la estrambótica personalidad de Nayib no se coma al ahora débil Guillermo Gallegos, quien se debate entre las amenazas de investigación que se ventila en la Corte Suprema de Justicia y la hegemonía al interior de su partido. En realidad no creemos que Gallegos tenga suficiente aguacate para ese guacamole.
Lo anterior indica que si Nayib logra convencer a GANA de que lo lleve a popa de ese barco hacia la presidencia, Gallegos tendrá que estar, forzosamente, a babor o a estribor desde donde velará porque se cumplan los acuerdos a que se llegue.
Los acuerdos de esa maniobra pasan por considerar, desde un punto de vista realista, si es que las maniobras de ARENA de ganar en primera vuelta tienen el resultado esperado, en qué lugar quedaría GANA, si en el segundo o tercer lugar. Si en el segundo, tendrá que analizar cuál será la actitud del FMLN, si de castigo o de oportunidad.
En lo personal creemos que el FMLN no perdonará a Nayib que lo haya puesto en alitas de cucaracha, además el pragmatismo del partido no vacilará en decidir la conveniencia de ser opositor de una fuerza errática y desconcertante o de un partido sólido y de principios claros y establecidos que vendría a ser el partido ARENA. Con el tricolor el FMLN sabe a qué atenerse, con el otro “a saber, quién sabe”
De todas formas, creemos que Nayib debiera seguir el ejemplo de López Obrador en México, que no sucumbió a sus repetidos fracasos electorales hasta que se le hizo, ya que dentro de muy pocos días se convertirá en el primer presidente populista después de Lázaro Cárdenas hace más de tres cuartos de siglo en el país azteca.
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