Los migrantes centroamericanos que antes viajaban en caravanas con rumbo a Estados Unidos, hoy avanzan en grupos dispersos desde el sur hasta el occidente de México, con prisa por llegar a su destino.
La noche de este sábado la vanguardia de la caravana arribó a Guadalajara, capital de Jalisco, en el occidente, donde aproximadamente 300 personas pasaron la noche en un albergue dispuesto por las autoridades en el auditorio Benito Juárez del municipio conurbado de Zapopan.
Atrás, en la retaguardia, avanzan por Oaxaca y Veracruz grupos que se dirigen a Puebla sin pasar por la Ciudad de México, mientras otros transitan por los estados de Querétaro, Hidalgo y Guanajuato.
En municipios como Tijuana, uno de los pasos fronterizos más recurrentes entre los migrantes, hay preocupación por la capacidad para alojarlos, pues ante el cierre de la frontera con Estados Unidos, autoridades y activistas prevén que permanezcan más tiempo.
El padre Patrick Murphy, director del Centro Scalabrini de apoyo a migrantes, indicó que los albergues de Tijuana, por ejemplo, ya tienen una ocupación de 50%, aproximadamente, por lo que urge habilitar más espacios para recibir a la caravana.
En el gobierno federal mexicano también hay inquietud por la orden ejecutiva firmada por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, que suspende al menos por 90 días la posibilidad de asilo a quienes crucen de manera ilegal la frontera.
Al respecto, la Cancillería mexicana emitió un comunicado en el que pide responsabilidad compartida a su vecino del norte y a los gobiernos de Centroamérica, ante el fenómeno migratorio.
“La caravana migrante proveniente de Centroamérica es un fenómeno humanitario inédito que requiere del trabajo conjunto de todos los países de la región para responder a ella de manera integral y con una perspectiva de derechos humanos”, dice el comunicado.
En la ruta unos avanzan y otros renuncian. Este fin de semana unos 300 centroamericanos pidieron su repatriación y otros fueron detenidos por Migración, pero la mayoría sigue su camino.