partes del cuerpo que tienen más desarrolladas y entrenadas a la hora de subirse a estas naves desde donde la vida se ve a 300 kilómetros por hora. Aunque no todo es velocidad, también hay aquí precisión e inmediatez para desacelerar; porque luego, en algunos casos, habrá que bajar hasta los 60 o 50 kilómetros por hora cuando una curva pronunciada se imponga en el camino.
Y si se trata de curvas, el circuito Callejero de Marina Bay en Singapur, es ya célebre por ser uno de los más difíciles por la cantidad de veces que estos deportistas de elite deben someterse a los giros: hay 23 curvas en un recorrido de 5.063 metros.
El universo de Fórmula 1, es apasionante no solo desde lo deportivo, sino también en cuanto a lo científico: la Fórmula 1 es conocida por ser una de las disciplinas más exigentes del automovilismo por la destreza técnica que requiere y también por los efectos físicos que la velocidad extrema tiene en los pilotos.
Está claro que quienes manejan este tipo de autos, en esta clase de competencias, deben enfrentarse además a un sinfín de desafíos que incluyen, solo por citar otro ejemplo de Singapur, la alta humedad y el calor extremo, algo que obliga a los pilotos a llevar sus habilidades al límite.
Ya lo dijo alguna vez Nico Erik Rosberg, expiloto de automovilismo alemán de origen finlandés: “Correr en Singapur es estar en un sauna sobre una bicicleta estática durante dos horas”.
Qué es la fuerza G y por qué representa un desafío para los pilotos
Hay una primera cuestión y es que los pilotos de Fórmula 1, experimentan fuerzas de muchas “G” al frenar, acelerar o cambiar de dirección. Es por esto que el cuello en una de las partes más vulnerables del cuerpo.
La Universidad de Cambridge define la fuerza G como una sensación de presión que empuja el cuerpo hacia atrás cuando se mueve rápidamente hacia adelante. Esta fuerza puede provocar desmayos o pérdida de conocimiento si no se está adecuadamente entrenado, debido a la falta de suministro de sangre a la parte superior del cuerpo.
Durante una carrera, los expertos afirman que los pilotos pueden experimentar fuerzas g de hasta 5g en las curvas o incluso más, lo que significa que su cuerpo siente una presión cinco veces mayor que la gravedad normal.
Esta presión afecta principalmente el cuello y los músculos del torso, que deben estar extremadamente fortalecidos para soportar estas condiciones.
En los entrenamientos libres del Gran Premio de la Toscana de 2020, Lewis Hamilton alcanzó g impresionantes en el circuito de Mugello, según los datos registrados en las curvas más exigentes del trazado. En la curva 6, el piloto soportó 4,9G , mientras que en las curvas 7 y 8, la fuerza gravitacional fue aún mayor, con 5,6G y 5,2G respectivamente.
“¡Esta fuerza de cuello es impresionante!”, fue el mensaje que acompañó un video compartido recientemente por la cuenta oficial de Instagram de la Fórmula 1, donde se mostraba a Alexander Albon, piloto tailandés de Williams, realizando un ejercicio de fortalecimiento del cuello.
En la grabación, se ve al piloto manejando poleas con cargas de 20, 40 y hasta 80 kilos, con el objetivo de simular la presión que genera la fuerza G en los giros a alta velocidad en los circuitos.
¿Cómo es la preparación física de los pilotos de Fórmula 1?
Los pilotos de F1 siguen regímenes de entrenamiento rigurosos que incluyen ejercicios de resistencia, fuerza y flexibilidad. El entrenamiento del cuello es particularmente importante, ya que debe soportar las fuerzas G sin causar fatiga prematura.
Además, los ejercicios de reacción y coordinación son esenciales para mantener la agudeza mental y la capacidad de tomar decisiones rápidas.
El médico cardiólogo y deportólogo Norberto Debbag, comienza explicando: “El entrenamiento para la preparación puede durar 7 u 8 semanas. Suelen entrenar dos veces al día, mañana y tarde. Estos entrenamientos van desde de pruebas aeróbicas como nadar, caminar, andar en bicicleta, así como el trabajo de gimnasio con cargas y pesos. Así que el entrenamiento es duro”.
Se necesita mucha, pero mucha masa muscular. Esto es lo que sugiere Debbag. “Hay que tener una fuerza muy importante para vencer la fuerza de la gravedad. El cuello tiene que ser un cuello muy fuerte, con mucho desarrollo de la masa muscular. Otra de las cosas también es el torso. Todo lo que significa columna y los miembros superiores e inferiores. Necesitamos masa muscular en el frenado. Hay que trabajar la parte del cuádriceps, la los isquiotibiales. Principalmente sobre eso hay que actuar para lo que significa el frenado. Todo lo referido a la columna también, porque en las curvas aumenta mucho en la gravedad”, explica el experto.
El médico cardiólogo y deportólogo, Jorge Franchella: “Todo piloto de Fórmula 1 debe aprender a tolerar una serie de condiciones y estar en la forma física adecuada para soportarlas. Tanto al acelerar como al girar, se genera una velocidad de desplazamiento del cuerpo, que tiende a mantenerse en la misma posición debido a la inercia. Estas fuerzas G pueden ser mayores, como se observa en los astronautas durante los lanzamientos espaciales, donde experimentan aceleraciones tan intensas que superan los 5 o incluso 6 u 8 G”, dice el experto.
Y suma: “Es por eso que un piloto de Fórmula 1 debe soportar aproximadamente cinco veces la aceleración de la gravedad, lo que implica que, en un giro, es empujado hacia el exterior con una fuerza cinco veces mayor que la que sentiría en uno normal. Además, dentro del cockpit, el piloto está ajustado en un espacio muy reducido y sujeto con los cinturones de seguridad al máximo, para evitar cualquier desplazamiento. Todo esto en un hueco donde las piernas también están muy limitadas en su movilidad. Es principalmente el cuello y la cabeza lo que más tiende a girar durante la carrera, a pesar de todos los avances tecnológicos en cascos y dispositivos de soporte para el cuello”.
Por esta razón, el experto explica que se requiere un entrenamiento muscular intensivo en los músculos del cuello y los hombros, ya que “se verán sometidos a giros repetidos. Este esfuerzo genera una gran tensión, molestia y dolor debido a la fuerza que deben ejercer para mantener la cabeza en posición”.
Además, la aceleración y desaceleración rápidas también tienen un impacto considerable. Los pilotos deben tener una excelente condición cardiovascular para mantener la concentración y el rendimiento durante toda la carrera, que puede durar hasta dos horas. La frecuencia cardíaca de un piloto puede alcanzar hasta entre los 170 y 180 latidos por minuto, similar a la de un atleta de élite en pleno esfuerzo.
Hay una relación directa con la aceleración y desaceleración, y todo lo que tiene que ver con el sistema cardiovascular. “Eso se siente en las curvas. Porque la fuerza lo lleva hacia un costado y después del lado opuesto, es donde vamos a tener mucho más sangre que de un lado. Eso hace que no llegue a veces suficiente sangre al cerebro”, explica Debbag.
“Por eso -sigue Franchella-, la postura que lleva el piloto, va casi recostado y con las piernas un poquito sobreelevadas. Y hacia adelante. Esto permite que tolere esa aceleración y desaceleración. En los astronautas, por ejemplo, hay que curvar, hacerles angular las piernas, para que la circulación desde las arterias que van hacia el corazón, no lleven demasiada sangre en el momento de la aceleración, porque se llenaría de sangre la cabeza y los ojos de la persona. Otra cosa es que las seis tiras que usan como cinturones de seguridad tienen que estar intensamente apretadas al cuerpo, donde casi limitan un poco la respiración. Pero les permite que no haya desplazamientos hacia adelante y hacia atrás”.
La importancia de la hidratación en los pilotos de Fórmula 1
Otro aspecto crucial es la hidratación. Durante una carrera, un piloto puede perder hasta 3 kilos debido a la sudoración intensa, lo que hace esencial una adecuada hidratación antes, durante y después de la carrera.
La deshidratación puede llevar a una disminución en la concentración y el rendimiento, aumentando el riesgo de errores.
“El calor es extremo en la cabina, por lo cual es muy importante que el piloto esté entrenado para resistir. Imaginemos que por cada litro de sudor, aumentan siete latidos la frecuencia del corazón. O sea que ya sobre el estrés, sobre la velocidad y la adaptación, estaríamos agregándole una desventaja de tener mayor cantidad de latidos si la deshidratación se produce de una manera importante”, dice Franchella.
Debbag amplia: “Debido al equipamiento que llevan, todos los protectores que tienen y demás, hacen levantar temperatura. La hidratación que tienen es con agua y a través de un bidoncito que va con un sistema de tubos y llega al casco”.
En este contexto, los pilotos suelen tener varios tipos de lesiones. “Lo más importante para hablar de lesiones comunes de los pilotos es tener la idea que van a estar en una posición, que cada vez se va mejorando. Sin embargo, los pilotos refieren la afectación que tienen de la espalda y la columna, ya que van prácticamente acostados. Las piernas van muy fijas y solo mueven los tobillos”, dice Franchella.
Debagg se detiene un momento en el impacto psicológico y físico de los cambios rápidos de pulsaciones. “Los pilotos son personas que están muy preparadas psicológicamente. No cualquiera puede ir a correr en Fórmula 1. Tienen clases de meditación. Por supuesto, son acompañados por sus psicólogos y sus equipos multidisciplinarios. No hay que olvidar que la frecuencia cardíaca puede llegar a 170 por minuto. Por supuesto que hay que estar cardiovascularmente óptimo”, dice.
Y suma: “El aparato osteomuscular, diríamos de las articulaciones y los músculos, realmente es otra de las cosas que tienen que trabajar. Pero en todo esto hay que tener algo muy presente que es fundamental: la mente de estos deportistas. Realmente la Fórmula 1 es algo muy especial. Hay que tener una gran capacidad cognitiva, de atención y coordinación”.
Pero, ¿cómo afecta la exposición prolongada a vibraciones constantes en los autos de Fórmula 1 a las articulaciones y la circulación sanguínea de los pilotos? “La vibración obviamente es clave, -dice Franchella-. Si bien cada vez se trata de lograr que esas vibraciones sean menores, son muy importantes para las articulaciones de la mano, fundamentalmente. Entonces eso es importante también para que el piloto pueda controlar el volante”.
En este sentido, las técnicas de recuperación son más que efectivas para que un piloto pueda recuperarse rápidamente entre carreras y entrenamientos intensos.
“Las técnicas de recuperación más efectiva consiste en la elongación, en la actitud regenerativa de las articulaciones y los músculos, en la actividad aeróbica que es capaz de lavar el residuo que podrían tener de la actividad que realizaron. La actividad aeróbica es muy importante porque cuanto más oxígeno son capaces de aprovechar y consumir, ese organismo va a estar mejor preparado para hacer actividades de resistencia, además de dando energía, lavando permanentemente todos los procesos que están involucrados en ese sistema de resistencia”, resalta Franchella.
La visión también se ve afectada por la velocidad. Los pilotos deben tener una visión periférica excelente para reaccionar rápidamente a los cambios en la pista y a los movimientos de otros coches.
Según los expertos, las vibraciones y las fuerzas g pueden dificultar la visión clara, lo que añade otro nivel de desafío.
Infografías: Marcelo Regalado de Infobae