El domingo 3 de febrero, poco antes de la una de la tarde, estalló una pelea en un concurrido andén de la línea 7 de metro de la ciudad de Nueva York, en la estación de la calle 90 en el barrio de Queens y en dirección a Manhattan. En la grabación se observa cómo tres hombres pelean en el suelo. Uno se levanta y apunta lo que parece ser un pequeño revolver contra la cara de otro.
Se escuchan seis disparos. La gente grita y echa a correr. Abel Mosso, de 20 años, queda tendido sin vida sobre el andén.
Las cámaras de vigilancia del metro registraron la huida de los otros dos hombres, según informó en esa ocasión el diario The New York Times. El presunto asesino, Ramiro Gutiérrez, un salvadoreño indocumentado de 26 años apodado Caramalo, fue arrestado al día siguiente por la policía, que achaca el crimen a la rivalidad entre pandillas callejeras: Mosso pertenecía a Barrio 18, y Gutiérrez a la MS-13 o Mara Salvatrucha.
De hecho, Gutiérrez ya había sido detenido en diciembre junto con otros 11 presuntos miembros de la MS-13 por planear el asesinato de un miembro de los Latin Kings y de un ex compañero que había intentado abandonar la pandilla.
Un grupo liderado por Jorge Andrade, de 35 años y apodado Terrible, planeaba vengar el tiroteo de dos pandilleros a manos de dos miembros de los Latin King en un bar en junio de 2018. Además, se habían enterado de que otro pandillero de la MS-13 se había borrado los tatuajes que le identificaban como tal en un intento de separarse de la banda, y pensaban asesinarle también, según ha informado el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).
La rivalidad entre la MS-13 y Barrio 18 se remonta a décadas atrás, con su creación en Los Ángeles (California) y sus operaciones en Honduras, El Salvador y Guatemala. La MS-13, que tiene hasta 10.000 miembros en 40 estados, según el FBI, está bien arraigada en Long Island (Nueva York), mientras que Barrio 18 está intentando cobrar fuerza ahora en la vecina Queens. En mayo de 2018, siete miembros de esta banda fueron acusados del asesinato a tiros de un pandillero de la MS-13 en Elizabeth (Nueva Jersey).
“Estaba peleando en el suelo, vi un arma y la agarré, puse el dedo en el gatillo y se disparó, luego me quedé en blanco”, le contó Gutiérrez a la policía, según el diario Daily News.
“Un solo incidente es un problema”, aseguró el jefe de policía Dermot Shea, agregando que, “hemos tenido varios incidentes con la MS-13 implicada en los últimos meses”. “Cuando tenemos un incidente violento, o un incidente tan horrible como éste, en un tren repleto de gente, en mitad del día, con gente trabajadora intentando vivir sus vidas, vemos todo el alcance”, añade, “la mejor manera de llamar la atención de la policía es un incidente como éste”.
El concejal Francisco Moya denunció por su parte en la red social de Facebook los intentos de intimidación de la MS-13, tanto con estos asesinatos como, a un nivel más cotidiano, con grafitis con sus siglas.
