Insurgentes del grupo extremista Estado Islámico registran Palmira, al tiempo que detienen y asesinan a docenas de personas, dos días después de tomar la histórica ciudad siria, dijeron activistas y funcionarios el viernes.
El activista Bebars al-Talawy, desde Homs, y una página de la oposición en Facebook dijeron que unos 280 soldados y efectivos de las fuerzas progubernamentales fueron asesinados en Palmira desde que cayó en manos de la milicia radical.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que extremistas de Estado Islámico mataron a 17 hombres y que tenía reportes no confirmados de “decenas” más de asesinados.
El gobernador de la provincial de Homs, Talal Barazi, donde se ubica Palmira, dijo el viernes que miembros del grupo extremista secuestraron a hombres y “podrían haber cometido masacres”.
Estado Islámico masacró a cientos de soldados sirios e iraquíes luego de conquistas anteriores, y a menudo mostraron esos asesinatos en internet.
Situada en un oasis, Palmira fue en los siglos I y II d. C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
Por eso existe el temor de que los yihadistas repitan la estrategia aplicadas en otras ciudades y destruyan los monumentos, considerados contrarios al islam.
La ciudad y sus ruinas están consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Por eso la directora de esa oficina de la ONU pidió el “cese inmediato” de las hostilidades en la zona. “Repito mi llamamiento a un cese inmediato de las hostilidades en el sitio. Pido también a la comunidad internacional que haga cuanto esté en su mano para proteger a las poblaciones civiles afectadas y salvaguardar el patrimonio cultural único de Palmira”, declaró Irina Bokova en un comunicado.
Avance islamista
Por otra parte, un líder tribal iraquí dijo el viernes que efectivos del grupo en el país tomaron otra localidad en la provincia de Anbar, en el oeste del país, menos de una semana después de capturar la capital de la región, Ramadi.
El jeque Rafie al-Fahdawi dijo que la pequeña localidad de Husseiba cayó en manos de los radicales durante la noche. Policías y milicianos tribales se retiraron tras quedarse sin munición, explicó.
Husseiba está a unos siete kilómetros (cuatro millas) al este de Ramadi, de donde radicales de Estado Islámico expulsaron a las fuerzas iraquíes en su avance más significativo en casi un año.
El gobierno iraquí tiene previsto lanzar una contraofensiva en Anbar con milicias chiíes respaldadas por Irán, que han jugado un papel clave para hacer retroceder a EI en otras zonas del país. Sin embargo, la presencia de estos grupos podría avivar tensiones sectarias en la provincia de mayoría suní, donde el enojo contra el gobierno liderado por chiíes está muy arraigado.
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