Avanzar la economía a niveles de los logros alcanzados en seguridad, fue delineado como la principal meta al inicio del segundo mandato del presidente Nayib Bukele, sin embargo, los aires no parecen impulsarán la nave, según cifras aireadas por las más importantes entidades crediticias del mundo.
Eso sin tener en cuenta que el principal socio, Estados Unidos, no deporte a la masa de inmigrantes salvadoreños que residen en su territorio eliminando acuerdos de protección y expulsando a decenas de miles que viven en la sombra, y aportan miles de millones de dólares en remesas.
En lo que va de semana fueron divulgados informes del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) que muestran que El Salvador será el de menor crecimiento en Centroamérica y sufrirá una desaceleración económica durante 2025, al margen de la guerra comercial desatada por el poderoso vecino del norte.
La víspera el BM rebajó la proyección de crecimiento de El Salvador a un 2.2 por ciento en 2025, con lo cual el país se ubicará en la cola de la región.
También esta semana el FMI anticipó una reducción a la proyección económica de El Salvador de un tres a un 2.4 por ciento para 2025.
A los nubarrones de esos entes crediticios de suman informes del BID sobre la crisis del sector agropecuario en el país que perdió relevancia en la economía al pasar de representar un 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a un cinco en los últimos 50 años.
La crisis en la agricultura, la disminución de la producción de granos básicos, la existencia de menos ganado y la reducción de las tierras cultivables, constituyen ahora una de las grandes preocupaciones del país que avanza hacia la dependencia de las importaciones.
Además hay que tener en cuenta que hasta ahora el Banco Central de Reserva (BCR) no presentó la proyección de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para 2025, después de que 2024 cerrara con un 2.6 por ciento, inferior a los escenarios previstos por el gobierno de Nayib Bukele, de entre 3.5 y 4 por ciento.
Las actualizaciones del FMI y el BM ocurren al margen de las Reuniones de Primavera de 2025, realizadas en Washington, donde el tema central de las discusiones es el impacto de la guerra arancelaria que emprendió el presidente estadounidense Donald Trump.
El vicepresidente para América Latina y el Caribe del BM, Carlos Felipe Jaramillo, afirmó a periodistas que hay mayores niveles de incertidumbre, por lo cual recomendó a la región latinoamericana adoptar con urgencia reformas para impulsar la competitividad y la productividad.
El multilateral destacó que los déficits fiscales siguen en niveles preocupantes, a pesar de ciertos avances en el control de la inflación.
En el caso de El Salvador, ante políticas agropecuarias inexistentes y el fracaso de ventas de alimentos supuestamente a menores precios en algunos mercados establecidos por el gobierno, la población reciente la crisis y se queja de alzas de los productos de primera necesidad.
A eso se suman valoraciones de entidades y gremiales como la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), que en voz de su presidente, Luis Treminio, alertó sobre la crisis en sector agropecuario, lo que, dijo, está ligado a la falta de políticas públicas que beneficien al sector.
Ejemplificó en la diminución de las áreas de cultivo de granos básicos que descendieron de cultivar 420 mil manzanas (9333 caballerías) en 2021 a 295 mil (6556 caballerías) para 2024 implicará una falta de alimentos básico de producción nacional y su importación desde otros países.
En El Salvador estimados indican que más de 800 mil personas enfrentarán dificultades para obtener alimentos en 2025, lo que podría agravarse por el fenómeno de El Niño y otras «nubes oscuras» que están por llegar.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la crisis alimentaria puede intensificarse a partir del segundo trimestre de 2025 cuando se agotan las reservas de alimentos, a lo que se suman los malos augurios de las multilaterales crediticias de las cuales depende El Salvador.