Nayib Bukele se reunió el miércoles con el influyente senador republicano de Estados Unidos, Ted Cruz, para discutir «tácticas» y estrategias en la lucha contra las pandillas. El encuentro, que subraya el interés de Washington en las políticas de seguridad salvadoreñas, se produce en un momento de intenso debate internacional sobre la efectividad y el costo en derechos humanos del «Régimen de Excepción» implementado por el gobierno de Bukele.
La reunión, en la que se discutieron «tácticas antiterroristas» de «vanguardia» para «combatir» a las pandillas, también llamadas maras, fue confirmada por fuentes de la Embajada Americana y se llevó a cabo con el acompañamiento del ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, y «otros líderes en El Salvador» en la Casa Presidencial de San Salvador. Según un breve comunicado emitido por el Gobierno salvadoreño, el objetivo de la reunión fue intercambiar puntos de vista y experiencias sobre la contención y erradicación de las estructuras criminales que históricamente han azotado a El Salvador y que también representan una preocupación para la seguridad regional y de Estados Unidos.
El senador republicano Ted Cruz es conocido por su postura firme en temas de seguridad y migración, lo que sugiere una posible sintonía con el enfoque de mano dura del gobierno salvadoreño contra las pandillas. Para el gobierno de Bukele, este tipo de encuentros son cruciales para legitimar sus políticas a nivel internacional y, potencialmente, buscar apoyo o alianzas estratégicas.
Tácticas Antigangsters Bajo Escrutinio Internacional
Desde marzo de 2022, El Salvador ha operado bajo un Régimen de Excepción que ha suspendido varias garantías constitucionales, permitiendo detenciones masivas y el establecimiento de mega-cárceles como el CECOT. El gobierno celebra esta estrategia como la responsable de una drástica reducción de homicidios y del control territorial sobre las pandillas, obteniendo un alto respaldo popular.
Sin embargo, organismos internacionales, organizaciones de derechos humanos y el propio Departamento de Estado de EE.UU han expresado serias preocupaciones por las presuntas violaciones a los derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias, torturas y muertes bajo custodia. Estas preocupaciones han generado tensiones diplomáticas y un intenso escrutinio sobre la sostenibilidad y las implicaciones a largo plazo del modelo salvadoreño.
La discusión sobre «tácticas» entre el presidente Bukele y un senador republicano podría centrarse en la eficacia operativa de las medidas implementadas por El Salvador, así como en la posibilidad de compartir lecciones aprendidas o incluso de coordinar esfuerzos en la lucha transnacional contra el crimen organizado. No obstante, cualquier forma de apoyo o aval de Estados Unidos a estas tácticas podría reavivar el debate sobre el equilibrio entre seguridad y derechos en la región.
Este encuentro subraya la compleja dinámica de las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos, donde los intereses de seguridad a menudo se cruzan con las preocupaciones por el respeto a los derechos humanos y la institucionalidad democrática. La búsqueda de soluciones efectivas para combatir a las maras sigue siendo una prioridad, pero las «tácticas» empleadas seguirán siendo objeto de un intenso escrutinio.