¿Y que no fue d´Aubuisson pues?

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(DigitalPhoto/archivo/DL)

Por Mauricio Eduardo Colorado.-

Con la Beatificación de monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, creímos que habíamos pasado una página durísima de nuestra historia. Sin embargo, han bastado apenas unos días para poder confirmar que el caso Romero no se trata de un tema religioso -determinar si es un Santo- sino que un hecho político.

Así lo afirmó la curia española que se negó a asistir a la celebración por esa misma razón. Por otro lado, la célebre comisión de la verdad  que funcionó con el objeto de conocer la verdad de un sin número de crímenes cometidos por ambas partes de la guerra, determinó que el responsable en el caso Romero había sido el líder de la derecha, mayor Roberto d´Aubuisson Arrieta, fallecido, y que de Dios Goce también.

Otra versión que circuló en aquellos tiempos, fue la de monseñor Fredy Delgado, sacerdote que publicó en un libro la versión de que quien era responsable de ese crimen del ahora beato, había sido la guerrilla, porque la guerra había llegado a un grado de estancamiento que necesitaba un líder para levantar los ánimos de quienes aún creían en tomar el poder por las armas.

Ahora que monseñor es declarado Beato, y que con eso se apaga la voz del reclamo de por qué no se sigue el proceso de santidad del postulado, surge otro grupo desconocido exigiendo -¡CREALO!-  se investigue el asesinato de Monseñor Romero y se juzgue a los culpables.

Para quienes estamos acostumbrados a observar las situaciones políticas de nuestro país, ya no nos impacta el cinismo de estos grupos que, al ver fallida la motivación de continuar con la cantaleta de JUSTICIA PARA LOS ASESINOS (solo de una parte) e IMPUNIDAD (para la otra).

Aprovechamos este espacio que gentilmente nos concede diariolatino.net, para denunciar públicamente el artero e injusto ataque sufrido por el hijo del líder arenero, quien devotamente asistió a los actos de beatificación, y estoicamente soportó con exuberante dignidad, los ataques e insultos recibidos de parte de fanáticos que quizá desconocen la verdadera realidad de los hechos ocurridos cuando el defenestrado, posiblemente era un infante que con seguridad desconocía lo ocurrido y tan graves hechos.

Pero nos  conforta observar  cómo la izquierda, aunque sea tarde y en forma inconsciente, está reconociendo que hay que buscar a los responsables de esa muerte tanto tiempo achacada falsamente al fundador de ARENA.

La verdad ha salido a luz, y el fanatismo empieza a entrar en razón y la verdad empieza a brillar.

Esperamos los salvadoreños  que brille hacia todo lo oscuro y se consolide la verdad en favor de la memoria histórica de nuestra patria.

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