Tormenta de bombas en Alepo, Siria

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Al menos 25 civiles murieron el sábado en los barrios rebeldes de Alepo, ciudad devastada por una lluvia de bombas lanzada por el régimen sirio y su aliado ruso.

Los intensos ataques sobre la ciudad dejaron al menos a dos millones de personas sin suministro de agua, según informaron desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Unicef, la agencia de la ONU que se dedica al cuidado humanitario de niños en zonas de conflicto, afirmó que un bombardeo dañó una central de procesamiento que suministraba agua a zonas rebeldes y en represalia los combatientes de la zona cortaron el suministro para toda la ciudad de Alepo.

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El director general de Unicef, Justin Forsyth, declaró a la cadena BBC: “Alepo está muriendo lentamente, y el mundo lo está mirando, el agua es cortada y bombardeada. Es quizás el último acto de inhumanidad”.

Entre las víctimas por estos últimos bombardeos figuran siete civiles que hacían fila para comprar yogur en un mercado del barrio de Bustan Al Qasr, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El escenario es trágico: con trozos de cadáveres esparcidos en el suelo, en medio de un baño de sangre y las clínicas desbordadas con la llegada de nuevos heridos, relatan los corresponsales en la zona de conflicto.

A pesar de una reunión en Nueva York de los jefes de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y ruso, Serguei Lavrov, cuyos países apoyan a bandos opuestos, la comunidad internacional parece incapaz de frenar este conflicto.

Un alto el fuego de una semana, impulsado por Moscú y Washington, terminó el lunes pasado sin que la ayuda humanitaria hubiese llegado a la parte de Alepo asediada por el régimen. Ambas potencias se acusan mutuamente de haberlo violado.

Dividida desde 2012 entre un sector progubernamental y otro en manos de los insurgentes, Alepo es bombardeada desde el lunes por el régimen de Bashar Al Asad y sus aliado ruso.

Alepo, antigua capital económica y segunda mayor ciudad del país, se convirtió en el principal botín de la guerra en Siria, y por ello es una de las localidades más azotadas por un conflicto que en cinco años ha causado más de 300.000 muertos.

De la floreciente ciudad y su centro histórico, reputado en todo el mundo por haber sido habitado de manera ininterrumpida desde al menos 4.000 años antes de Cristo, apenas queda hoy un campo de ruinas y desolación.