“Mi nombre es Lilia Rodríguez… y no tengo sida”

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BBC.- Durante los últimos tres meses la mexicana Lilia Rodríguez, de 19 años, ha estado recibiendo en su página de Facebook mensajes y comentarios de gente insultándola por algo que ella asegura no haber hecho.

Rodríguez ASEGURA que es la persona cuyo nombre e imagen se ha compartido por la región como la mujer que tiene sida y se acostó con un hombre casado para “darle una lección” por ser infiel.

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Tal ha sido su desesperación que a principios de este mes decidió contar su historia en un video: “Mi nombre es Lilia Rodríguez… y no tengo sida”, explica tras una introducción sobre cómo las redes sociales pueden volverse en contra de uno.

“Unas tipas que me tenían coraje crearon un Facebook falso con mi nombre y mi foto de perfil, crearon una conversación con un amigo en donde supuestamente yo había tenido relaciones con él y le había contagiado el sida”, relata en el video que a día de hoy tiene 257.537 visualizaciones.

En cuanto empezó a circular la historia, Rodríguez vio cómo aumentaba el número de seguidores en su cuenta de Facebook. Su primera reacción fue responder a aquellos que le enviaban comentarios peyorativos, pero esto sólo alimentó el debate.

Incluso contactó al hombre que según Rodríguez se prestó para acosarla y le pidió que eliminara los comentarios. “Lo hizo y pensé que todo quedaría allí. También cambié el nombre de mi perfil en Facebook para ver si así pasaba todo”, le cuenta a BBC Mundo.

Pero a principio de mes, cuando volvió a colocar su verdadero nombre, se dio cuenta que, más allá de desaparecer, la historia de la mujer que había contagiado con VIH, el virus que causa el sida, se había esparcido por toda la región. “Me empezaron a llegar mensajes de Puerto Rico, de Paraguay, de Venezuela”.

Intentó denunciar el caso ante la fiscalía, “pero me dijeron que era muy difícil de probar”. Le dicen que es una disputa entre particulares y señala que la mandaron de vuelta a casa sin poder demandar a quienes, asegura, son las responsables de que ahora sea objeto de ciberbullying.

Leyenda urbana

Stephany Capetillo es abogada y bloguera de Facebook. En cuanto se enteró de la historia quiso ayudar a Rodríguez.

Capetillo tiene una alumna que sufrió una agresión parecida y ahora lleva año y medio sumida en la depresión, “no tiene trabajo porque en las entrevistas le sacan la historia que aparece de ella en las redes”, le dice a BBC Mundo.

Esta abogada, que trabaja en un tribunal de apelaciones de Yucatán, explica que el problema que ahora tiene Rodríguez es que en México, para que haya un proceso, la fiscalía tiene que aceptar la denuncia. “Y como no la ha aceptado, porque se trata de una cuenta falsa que ya ha sido eliminada, no hay un proceso y por lo tanto no se puede investigar”.

“No sabemos quién creó ese perfil falso y compartir la historia no es un delito. (Rodríguez) Necesita saber el origen y es algo muy difícil de probar. Nuestra policía no está capacitada para eso”.

La historia de Rodríguez emula la leyenda urbana que empezó en los años 80 que trata de una mujer que se acuesta con hombres y al día siguiente les escribe “bienvenido al club del sida”.

Pero, ¿cómo terminó Lilia reencarnando esta leyenda?

Hace dos años esta joven creó un grupo cerrado de amigos en Facebook. En la medida que aceptó todas las solicitudes de amigos que le llegaron, el sitio fue creciendo y terminó compartiendo la administración del grupo con dos chicas que había conocido por las redes.

“Ellas empezaron a poner comentarios y fotos que a mí no me gustaban y yo se los reclamé”, cuenta Rodríguez.

Un día Rodríguez se dio cuenta que ya no podía acceder como administradora al grupo y las increpó. “Me habían sacado y cambiado las contraseñas”.

“No sé en qué va a terminar”

De alguna forma que Rodríguez no explica en detalle, consiguió las contraseñas y decidió hacer lo mismo, sacarlas a ellas como administradoras.

Esto fue, según Rodríguez, fue el detonante que hizo que las otras mujeres se “vengaran” de ella creando esta historia del sida.

“Yo creo que nunca pensaron que esto se iba a ir de las manos”, concede Rodríguez, quien ahora cuenta que tras publicar el video muchos le han pedido disculpas y han eliminado el post inicial donde aparece ella.

Sin embargo, la historia sigue rodando y Rodríguez dice sentirse nerviosa. “No sé en qué va a terminar todo esto”.

“Aunque trato de mostrarme fuerte, no es fácil. No puedo salir a la calle porque me empiezan a decir una serie de cosas”, relata. “Y aunque ya he dicho que no tengo sida, muchos me desprecian y me miran feo porque creen que me he acostado con un hombre casado”.

Rodríguez se hizo una prueba para descartar que no tenga VIH. Varias veces ha estado tentada a hacer públicas esas pruebas, pero la abogada Capetillo le aconseja lo contrario.

“Esto es un arma de doble filo, porque si muestra las pruebas de que no tiene sida, puede dar pie a que la gente piense que sí tuvo relaciones con el hombre, pero no lo infectó”.

¿Qué hacer cuando se es víctima de ciberacoso?

De acuerdo con el sitio Pantallas Amigas, una iniciativa por un uso seguro y saludable de Internet, hay diez pasos a seguir:

Pedir ayuda: sobre todo si se trata de un menor de edad. Es importante que la persona sepa lo que hay que hacer y no termine haciendo cosas que termine perjudicando.

No responder a provocaciones: Jorge Flores, autor de “Decálogo de una víctima de ciberbullying”, explica que las provocaciones lo que hacen es estimular el acoso.

No hacer presunciones: “Puede que ni las circunstancias ni las personas que parecen implicadas sean como aparentan” , se lee en el artículo.

Evitar los sitios de asedio: evitar las redes sociales en donde ocurra el acoso, y cambiar de número de teléfono si la agresión se extiende hasta allí.

Dar la menor información posible: según Flores, cuanto más se sepa de la víctima, más vulnerable es y más variado e intensa puede ser la agresión.

Guardar pruebas de acoso: este es un punto importante, pues las pruebas pueden servir de mucha ayuda. Flores también recomienda conocer o asegurar la identidad del agresor.

Manifiesta la molestia: es importante que los acosadores sepan que lo que hacen está molestando a la víctima. Esto hay que hacerlo sin amenazas ni agresividad.

Informa a los acosadores sobre las leyes de ciberacoso: y ofrece links donde ellos pueden verificar que lo que dices es cierto.

Mostrar disposición de hacer una denuncia: si el acoso continúa después de informar que lo que hacen es ilegal, el siguiente paso es dejar claro que hay pruebas y la víctima está dispuesta a acudir con ellas a las autoridades.

Acudir a las autoridades: Este es, según Flores, el último paso.