Estados Unidos desplegará 50 soldados de élite en Siria contra el ISIS

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Estados Unidos se adentra cada vez más en la guerra siria. El Gobierno de Barack Obama anunció este viernes el despliegue de fuerzas especiales en el norte de Siria para asesorar a rebeldes que luchan contra el Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés).

Hasta ahora, EE UU carecía de militares sobre el terreno en Siria. El envío es modesto. De menos de 50 militares, según dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria. Pero el despliegue evidencia el creciente viraje de la estrategia militar de Obama en ese país. El presidente demócrata rebaja su cautela de involucrarse en la guerra civil siria, desatada hace cuatro años y que ha causado más de 200.000 muertos.

Desde hace un año, Washington lidera una coalición internacional que bombardea posiciones del ISIS. Los ataques aéreos en Irak se iniciaron en agosto de 2014. Un mes después se extendieron a Siria tras la decapitación de varios rehenes occidentales por parte del grupo yihadista, que aspira a establecer un califato en la región.

En Irak, EE UU cuenta con unos 3.300 militares que asesoran al Ejército iraquí. Parte del despliegue incluye fuerzas especiales. Es una cifra que ha ido creciendo con el tiempo.

La Casa Blanca ha insistido en que los militares no tienen función de combate, pero la semana pasada murió uno de ellos en una operación para liberar una prisión del ISIS en Irak. Obama, que sacó en 2011 a las tropas estadounidenses de Irak, se esfuerza en diferenciar la intervención en ese país de la iniciada en 2003, que terminó sin victoria y la muerte de más de 4.000 estadounidenses.

En Siria, el Gobierno Obama se oponía hasta ahora al envío de militares por la enemistad con el régimen de Bachar el Asad. Washington sigue reclamando la salida de El Asad y ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos con ese fin. A diferencia de Irak, EE UU actúa en Siria sin permiso del Gobierno.

Pero Washington y Damasco tienen en el ISIS un enemigo en común. También es enemigo de Moscú, fiel aliado del régimen. Desde principios de octubre, Rusia bombardea a milicias opositoras a El Asad. Esos ataques apenas golpean al ISIS.

Nuevo enfoque

En un delicado juego de equilibrios, EE UU intensifica ahora sus esfuerzos. El envío de fuerzas especiales no está dirigido contra el Ejército sirio sino contra el ISIS. Va en línea con el anuncio, el martes, del secretario de Defensa, Ash Carter, de que habrá más ataques aéreos y “acciones puntuales sobre el terreno” contra el grupo yihadista suní en Irak y Siria.

El despliegue de militares enlaza con la nueva estrategia del Pentágono de apoyo a rebeldes moderados sirios. Tras apenas reclutar a combatientes, el Departamento de Defensa anunció hace tres semanas que suspendía su programa para entrenar y armar a su propia fuerza de insurgentes contra el ISIS. El nuevo enfoque consiste en solo seleccionar, entrenar y armar a los líderes de unidades rebeldes ya existentes.

Esas unidades serán las que contarán con el apoyo de las fuerzas especiales estadounidenses. El objetivo de los insurgentes es lanzar una ofensiva contra Raqqa, el bastión del ISIS en Siria.

Los militares tendrán oficialmente función de asesoramiento, sin entrar en combate. Pero su mero despliegue en operaciones ofensivas abre la puerta a que tengan que responder a fuego enemigo, como sucedió la semana pasada en la operación de la cárcel del ISIS en Irak.

No será la primera vez que fuerzas especiales estadounidenses entren en Siria. En mayo, mataron a Abu Sayyaf, un alto mando del ISIS, durante una breve operación terrestre en el este del país. Su presencia a partir de ahora será sostenida.