El (casi) final de la historia guerrillera en América Latina

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La firma del acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC no sólo es un acontecimiento histórico en Colombia, sino que representa prácticamente el cierre de una larga etapa de conflictos armados en América latina que fueron superados con el paso de los años.

Muchos de los grupos que surgieron en los años 60 se inspiraron en la guerrilla que triunfó en la revolución cubana, que se gestó a finales de la década del 50 bajo el liderazgo de Fidel Castro Ruz.

De esos grupos que surgieron por esa época el único que subsiste es el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que tras la desmovilización de las FARC quedará como la única guerrilla en Colombia. En otros países quedan pequeños grupos de delincuentes que se autodenominan guerrilleros.

En Nicaragua nació en aquellos años el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en Uruguay el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, en la Argentina los Montoneros, en Guatemala el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP).

También entonces empezaron a abrirse paso las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) en Venezuela, el Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR) en Chile y la Acción Libertadora Nacional (ALN), la Vanguardia Popular Revolucionaria (VPR) y la guerrilla de Araguaia en Brasil.

Uno de los protagonistas de la revolución cubana, el argentino Ernesto Guevara de la Cerna ayudó a la fundación del EGP guatemalteco y luego de Cuba trató de impulsar en Bolivia una guerrilla. Pero el intento fracasó en 1967, después de que, con ayuda de informes filtrados por Fidel a la CIA, fue capturado y ejecutado.

En los años 70 surgió en la Argentina el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), así como el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en El Salvador; Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, en Perú; la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (URNG), en Guatemala; el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), en Chile, y el Alfaro Vive Carajo, en Ecuador.

Además de las FARC y del ELN, Colombia vio la aparición de numerosos grupos guerrilleros en las últimas décadas, todos desmovilizados tras acuerdos de paz, como el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento 19 de Abril (M-19), el Movimiento Quintín Lame, la Corriente de Renovación Socialista (CRS), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Ejército Revolucionario Guevarista (ERG).

Los últimos grupos en aparecer en la región, en los años 90, fueron el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en México, y el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Las únicas organizaciones alzadas en armas que lograron tomar el poder en la región fueron el Movimiento 26 de Julio cubano, que entró triunfante en La Habana en enero de 1959 y desalojó a Fulgencio Batista, y el FSLN, que nació en 1961 y derrocó al dictador nicaragüense Anastasio Somoza en 1979. Luego de entrar en el juego democrático llegaron al poder el Partido de los Trabajadores (PT) en el Brasil y ulteriormente el FMLN en El Salvador.

Al igual que los grupos armados colombianos, varias guerrillas centroamericanas se desmovilizaron y convirtieron en movimientos políticos legales tras firmar acuerdos de paz. Otros grupos guerrilleros desaparecieron ante la ofensiva militar o por su propio desgaste interno.

En Perú aún subsiste Sendero Luminoso, aunque sus columnas están enclavadas en la selva y tienen nexos con el narcotráfico, mientras que en México el EZLN ya no despierta en el mundo la misma atención que tuvo en sus inicios, en 1994.

En Paraguay opera el EPP, con esporádicas apariciones. El grupo protagonizó una de sus incursiones más violentas el 27 de agosto pasado, cuando mató a ocho militares en el norte de Paraguay.

El líder de la guerrilla zapatista mexicana, el “subcomandante Marcos”, tuvo a su favor la prescripción de todos los cargos que se le imputaban, mientras que en las zonas de influencia de su grupo rige un alto el fuego y los indígenas se han organizado en comunidades autogobernadas.

A excepción de; gobierno de José Mujica (Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros), en el Paraguay, todos los gobiernos de izquierda que se lograron colar al poder durante los 90 y 2000, han ido cayendo, uno a uno por los tentáculos de corrupción en los que cayeron. Argentina y Brasil ya cayeron, prontos a dejar el poder están Vanezuela y Bolivia, aún en duda, El FMLN de El Salvador y el Ecuador.

Según analistas, el único que aparentemente permanecerá en el poder durante el próximo ciclo presidencialista sería Daniel Ortega, el sandinista nicaragüense que hábilmente logró destruir a cualquier oposición política en su país.

 

 

Con información de La Nación