Diferencias entre una beatificación y una canonización

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Entre una canonización y una beatificación hay diferencias, que aunque pocas, son claras.  Aun así, hay una fina línea entre ambos procesos y puede llevar a la confusión. A rasgos generales, se puede decir que una canonización es un proceso más avanzado que una beatificación. Una beatificación proclama a alguien como beato, una canonización lo proclama como santo. Antes de que alguien sea canonizado, tiene que haber sido antes beatificado.

  1. Diferencia entre beato y santo. En una canonización, se proclama a alguien como santo y se le incluye en el canon, es decir, entra en una lista oficial de santos. Una persona canonizada tiene la confirmación de que tiene una visión beatífica, es decir, la Iglesia tiene la certeza de que el santo tiene un privilegio divino y está en contacto directo con Dios. En una beatificación, lo que se reconoce es que alguien ha entrado en el cielo y puede interceder por aquellos que rezan en su nombre. Al nombrar a alguien beato, la Iglesia reconoce que ha llevado una vida virtuosa y santa.
  2. El número de milagros. En una beatificación, se necesita por lo menos un milagro atribuido al candidato, a menos que este haya muerto por martirio. Para una canonización, se necesitan dos milagros. El primero, el que ya se ha contabilizado para la beatificación y el segundo, uno que haya tenido lugar después de que fuera beatificado. Este segundo milagro se toma como una confirmación de que Dios “aprueba” de la proclamación hecha por la Iglesia.
  3. Dónde se le venera. La beatificación es un “proceso administrativo” mediante el cual el papa permite que un candidato a ser santo sea venerado públicamente en lugares asociados a su vida, es decir “a pequeña escala”. En el caso del papa Juan Pablo II, ya beato, su festivo, el 22 de octubre, puede celebrarse en Roma y en todas las diócesis de Polonia, lugares asociados a él.

La canonización implica una mayor formalidad, el papa establece de forma oficial que una persona es santa y está en el cielo, por lo que se permite el culto al santo por toda la Iglesia. Implica también que se pueden dedicar iglesias al canonizado sin necesidad de un permiso especial. Es decir, la persona considerada “santa” ya lo es a nivel mundial y se le puede venerar en todo el planeta, no sólo en sitios relacionados con su vida.

  1. Quién pide el reconocimiento. En una beatificación, es el obispo de la diócesis donde murió el afectado quien pide que se le considere bendecido. En una canonización, es el prefecto de la Congregación para las causas de los Santos quien habla en nombre de la Iglesia entera y quien pide que se le declare santo. Es decir, una beatificación se hace a título personal de la diócesis cercana al encausado, una canonización se hace a petición de toda la Iglesia.
  2. Quién preside la misa. Dentro del protocolo, la diferencia más importante durante cientos de años fue que durante una canonización el papa presidía la misa. Durante una beatificación, no. Pero durante el pontificado de Pablo VI, esta línea se difuminó cuando presidió en 1971 la misa de beatificación de Maximiliano Kolbe, mártir en un campo de concentración nazi.

Una práctica de presidir ambos tipos de misas que mantuvo el papa Juan Pablo II, que celebró cientos de misas de beatificación, incluida la de Juan XXIII en el año 2000. Benedicto XVI intentó instaurar de nuevo la diferencia entre ambos y, durante cinco años, sólo presidió misas de canonización. Pero en septiembre de 2010 presidió la beatificación de John Henry Newman y, en mayo de 2011, de Juan Pablo II.

El papa preside todas las canonizaciones y puede decidir, según el valor del candidato, también presidir algunas beatificaciones.

  1. La beatificación es un proceso simplificado. Las beatificaciones comenzaron como un proceso de simplificación para aquellos a quienes se les quería proclamar santos. Cuando se instauró el sistema centralizado de nombramiento de santos, muchas diócesis tenían que esperar años hasta poder celebrar a alguien o rendir devoción a nivel local a una persona considerada santa por lo que se instauró el proceso de beatificación, más rápido, para que se pudiera rendir devoción a alguien a nivel local.

A rasgos generales, se puede decir que una canonización es un proceso más avanzado que una beatificación.