Canciller alemana proclama gran discurso contra el populismo

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Angela Merkel hizo su primera intervención ante el pleno del Bundestag como candidata de nuevo a la Cancillería para hacer una llamada, no solo a los alemanes, sino a todos los pueblos europeos, a posicionarse unidos contra los populismos. Logrando un gran apoyo de la cámara parlamentaria con sus palabras y dirigiéndose a un invitado invisible pero presente en la sesión, Donald Trump, arengó a las fuerzas democráticas a la búsqueda de respuestas difíciles para los «problemas más complejos que hace unos años» que afrontan las sociedades actuales.

La canciller alemana comparó la necesidad actual de multilateralismo con la II Guerra Mundial y la «increíble respuesta internacional a la catástrofe», con la creación de las Naciones Unidas y la Convención de Derechos Humanos, apostando por continuar por ese camino y «dotar de humanidad a la globalización».

El discurso de Merkel alcanzó su punto más álgido después del turno de Sahra Wagenknecht, líder del grupo parlamentario de Die Linke (La Izquierda), compuesto por los excomunistas de la ARD y una escisión del ala más radical de los socialdemócratas del SPD. «En Alemania crece la desigualdad y la inseguridad social y con ello los resultados de AfD», justificó Wagenknecht el crecimiento del partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania y afirmando también que «Trump entiende más de política económica que los representantes de la gran coalición alemana, puesto que quiere defender los puestos de trabajo de la industria en lugar de entregarse a la globalización».

«Seguirá habiendo acuerdos comerciales»

Fue ahí donde Merkel defendió que «ante los retos que nos plantea la globalización hay dos formas de reaccionar: o bien me encierro en mí mismo, en mi país, intento dar respuestas simples, o bien defiendo que nuestros valores se fortalezcan no sólo en nuestro país, sino también en conjunto con nuestros socios europeos, con Estados Unidos y con nuestros aliados en el mundo».

Sobre los planes de Trump de frenar los tratados internacionales, la cristianodemócrata reconoció que «no alcanzo a entender quién va a beneficiarse con esa medida», pero mostró su seguridad en que, con Trump o sin Trump, «seguirá habiendo acuerdos comerciales» y advirtió además que «no tendrán los estándares de ese acuerdo o que el planeado TTIP», sugiriendo así que no serán tan ventajosos para EE.UU..

Merkel avanzó que durante la presidencia de turno del G20, que asume Alemania en diciembre, seguirá trabajando en la transparencia en los mercados financieros internacionales y en el desarrollo del continente africano.

En el marco de la UE, reconoció la necesidad de luchar contra la falta de credibilidad de las instituciones y de acelerar los procesos de toma de decisiones. A su juicio, hay que asumir que ya no puede trazarse una línea que separe la política interior de la exterior y que la seguridad, el bienestar y la prosperidad de los ciudadanos de cada país depende de las relaciones internacionales.

Asumió el miedo de los votantes cuando principios obvios en las sociedades democráticas occidentales son cuestionados e insistió en que la respuesta pasa por el compromiso con los valores de la economía social de mercado y la apertura al mundo.