Esclavizados por el mal

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Por Mauricio Eduardo Colorado.-

El Salvador, aquel maravilloso país que conocimos en nuestra infancia y juventud, sufre en la actualidad una maligna metamorfosis al  parecer inevitable, que nos lleva indefectiblemente hacia un futuro nada deseable que pone en peligro incluso su existencia como nación organizada y moderna.

Las pandillas –llamadas maras-, aunadas al narcotráfico, la corrupción, la delincuencia común, los delitos de cuello blanco, la desnaturalización de las costumbres, y la poca efectividad de la autoridad para imponer el orden y el cumplimiento de la ley, están colocando al país en una situación que pronto nos conducirá a que el concierto internacional de naciones nos declare un Estado Fallido.

Para tratar de retomar el control perdido, el gobierno intenta desarrollar un plan para incrementar sus ingresos, creando nuevos impuestos; sin embargo, hasta este momento no se conoce ningún plan estratégico que desarrolle cuál es la planificación ideada para revertir esta situación de desorden, riesgo y amenaza que día a día se agrava mas y mas. Esa ausencia de programa a desarrollar, hace que mucha gente piense mal, y crea que los fondos a recolectarse tendrán un destino irregular.

La realidad es que –en el caso del transporte colectivo- las extorsiones se incrementan debido al terror impuesto por los pandilleros, quienes en el caso de que las victimas se atrasen en los ilegales pagos, no tienen miramiento alguno para asesinar a motoristas o cobradores  del sistema, e incluso ametrallar buses indiscriminadamente con usuarios fallecidos.

Reportan los periódicos que las zonas donde se debe pagar a la pandilla para poder acceder  de visita o para vender productos de cualquier clase, son cada vez mayores y “sofisticados” los métodos de “convencimiento”

Lo último que hemos conocido es el caso de un pequeño comerciante que lo detuvieron para que pagara la renta en una colonia, y como  no pudo o no quiso pagar, fue asesinado una cuadra  adelante de donde fue requerido por el primer reten pandillero. Existen zonas donde los residentes deben de pagar a diario para poder entrar y salir de su colonia. Se conoció el caso de una pareja de novios asesinada por el solo hecho de que la visita del novio se hacía en una zona de la otra pandilla.

Y qué decir los frecuentes ataques en contra del organismo encargado del orden: la Policia?.

Hace un par de años era impensable que nadie se ocupara de atacar y menos asesinar a un agente policial; ahora no solamente se les ataca y se les asesina, sino que se desmiembran sus cuerpos para infundir pánico en los agentes y en sus familias, para que de alguna forma no se expongan y dejen que la delincuencia prospere sin que alguien los combata efectivamente.

Se sabe también que frecuentemente se frustran allanamientos policiales debido a que infiltrados avisan con tiempo el lugar y el momento en que se realizara determinado operativo, para que la pandilla tome providencias para evitar resultados positivos del operativo. Y no dejemos en el tintero el hecho de que la misma autoridad  en muchos casos acepta que el origen de muchos crímenes proviene desde dentro de los reclusorios, conociendo a sus autores, pero como ya se encuentran detenidos no se les puede hacer nada más.

En realidad si el gobierno no acaba con esta problemática situación las organizaciones criminales ( los pandilleros) acabarán con el gobierno. El colmo de todo este barullo ha sido el caso del agente capturado con droga para comercializarla, y que dramáticamente pide que no lo remitan a determinado penal, porque corre peligro ya que él ha enviado allí a muchos internos, y pueden atentar contra su vida. Como diría Chespirito: ¿Y ahora quien podrá defendernos?

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