“Hagan ustedes con los demás lo que quieren que los demás hagan con ustedes” Dice Francisco a congresistas de los EEUU

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“Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”, dijo Jorge Mario Bergoglio, en su discurso ante las dos cámaras del Congreso de los Estrados Unidos. A su ingreso en el edificio del Congreso, el Papa, fue ovacionado con un largo aplauso de pie.

El Papa que se auto llamó “hijo de este gran continente”, repasó ante los congresistas todos los asuntos, cambio climático, redistribución de la riqueza, regulación de la inmigración y política exterior multilateral— que la mayoría republicana ha venido bloqueando.

El Papa pidió que la respuesta hacia la llegada de inmigrantes sea “humana, justa y fraterna”, y abogó por la abolición de la pena de muerte.

Francisco volvió a levantar a los congresistas de sus asientos  cuando al empezar su alocución manifestó,: “Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en la tierra de los libres y en la patria de los valientes”.

“Si es verdad que la política debe servir a la persona humana no puede ser esclava de la economía y de las finanzas” dijo el Papa para luego acotar: “La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social”.

En su discurso el Papa reconoció la dificultad que conlleva ese esfuerzo, sin embargo subrayó que la base de su preocupación está en cómo tratamos a nuestros semejantes y cómo queremos que nos traten a nosotros.

“Tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades. El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros”. Dijo.

El mensaje del Papa pareció incómodo para la mayoría republicana del Congreso cuando se refirió al cambio climático, a las desigualdades, en la inmigración y a la defensa implícita del diálogo con Cuba e Irán.

Lo primero que hizo Francisco, luego de presentarse como “hijo de este gran continente”, fue colocar a los estadounidenses ante el espejo de su propia historia, para demostrarles que personajes como Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Tomas Merton ya “apostaron, con trabajo abnegación y hasta con su propia sangre, por forjar un futuro mejor”.

El Papa, dirigiéndose directamente a los congresistas les dijo:  “A través de ustedes quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente (…), con tantos abuelos que atesoran la sabiduría forjada por los años e intentan de muchas maneras, especialmente a través del voluntariado, compartir sus experiencias (…), con todos esos jóvenes que luchan por sus deseos nobles y altos, que no se dejan atomizar por las ofertas fáciles, que saben enfrentar situaciones difíciles, fruto muchas veces de la inmadurez de los adultos”.

El papa Francisco aprovechó para pedir a los congresistas norteamericanos que para combatir  la violencia provocada por el fundamentalismo religioso “tengan mesura a la hora de luchar contra ella:

“Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar. Dijo el Sumo Pontífice. En todo momento el Papa demostró que no se sentía como un extranjero en los Estados Unidos de Norteamérica sino como un ciudadano más del continente americano.