Elecciones en Guatemala, ensombrecidas por escándalos de corrupción que “botaron” un presidente

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CIUDAD DE GUATEMALA (Enviado especial) – Guatemala vota este domingo en un clima de indignación y repudio a los políticos tradicionales para elegir al sucesor del ex presidente Otto Pérez Molina, que renunció el pasado jueves por acusaciones de corrupción.

Los comicios iniciaron con relativa paz en las principales ciudades guatemaltecas, donde un comediante y un empresario acusado de tener íntimos nexos con el narcotràfico y la delincuencia son favoritos de hacerse con la presidencia.

En un dramático desenlace de cinco meses de escándalos que detonaron al arresto y dimisión de altos funcionarios, Pérez Molina presentó el miércoles su dimisión al Congreso y el jueves declaraba por dirigir, presuntamente, una mafia aduanera.

La peor crisis política en tres décadas en Guatemala ha dejado en segundo plano a la campaña electoral: las masivas marchas exigiendo la partida del presidente opacaron los mitines de los candidatos para difundir sus propuestas.

Muchos analistas coinciden en que ninguno de los 14 aspirantes en contienda alcanzará el 50% de los votos necesarios para ser electo en la primera vuelta,  por lo que los guatemaltecos tendrían que definir a su próximo presidente en una segunda vuelta electoral el 25 de octubre.

Manuel Baldizón, abogado, dueño de empresas hoteleras, de transporte e inmobiliarias, es un personaje controvertido. Es un empresario populista de 45 años y diputado líder de la principal bancada opositora en el Congreso, apareció en uno de los últimos sondeos en empate técnico con Jimmy Morales, un actor cómico de 46 años que ha sacado provecho del descontento con los políticos tradicionales.

En 2008 se separó de la organización para fundar Lider. Y en 2011 perdió la elección contra Pérez Molina.

Baldizón promete perseguir a la corrupción respetando las instituciones de Guatemala.
“Yo libremente abro los brazos para que cualquier acción que vaya en contra de los recursos del Estado sea perseguible, pero que prevalezca el principio de inocencia y el debido proceso”, dijo recientemente el abogado y administrador que se confiesa un ferviente religioso.

Además propone combatir la evasión fiscal a nivel empresarial para mejorar la recaudación, austeridad en el gasto gubernamental e impulsar una reforma política y legal para modernizar el Estado.

Jimmy Morales, la sorpresa

El eslogan que le granjeó a “Neto” ser uno de los comediantes más populares de Guatemala es: “Ni ladrón, ni corrupto”.

Cada domingo, el personaje repetía la frase en el programa “Moralejas”, que desde hace 15 años se transmite por la televisión abierta de ese país.

“Neto” es en realidad Jimmy Morales (46), candidato a la presidencia de Guatemala por el partido Frente de Convergencia Nacional (FCN).

La organización fue fundada por exmilitares que participaron en el conflicto armado de las décadas de 1980 y 1990.

La frase de Neto se convirtió en uno de los ejes principales de la campaña de Morales y, según analistas, es una de las razones de su avance en las encuestas electorales.

Algunos lo ven como la sorpresa de los comicios, marcados por la crisis política que derivó en la renuncia de Pérez Molina.

Novato

La vida política de Jimmy Morales es reciente. De hecho, empezó en 2011 cuando fue candidato a la alcaldía de Mixco, departamento de Guatemala.

Dos años después fue designado secretario general del FCN.

Una de sus primeras tareas fue relevar a los exmilitares de la dirigencia del partido, afirma en su página de internet.

Al inicio de la contienda presidencial, Morales era uno más de los 14 candidatos, pero tras la renuncia en abril de la vicepresidenta Roxana Baldetti sus números en las encuestas empezaron a subir.

El humorista ganó terreno con su discurso contra la pobreza, que al parecer ha tenido eco en un país con altos índices de marginación.

Jimmy Morales es licenciado en administración de empresas con doctorado en seguridad estratégica.

También estudió un profesorado en teología. De hecho, el primero de los principios que aparece en su página de internet es “el temor a Dios”.

Para el humorista, la solución de la reciente crisis política de su país no estaba en las autoridades. “El gobierno es el problema”, repetía.

Aunque su programa de gobierno es muy difuso, Morales dejó atrás en las encuestas a la aspirante izquierdista Sandra Torres -ex esposa del ex presidente Álvaro Colom- y pasó a ser un serio aspirante a gobernar la mayor economía de Centroamérica.

“Cero tolerancia con la corrupción. Eso nos va a permitir depurar y recuperar nuestras instituciones para recuperar la confianza en las mismas”, dijo Morales, que estudió administración de empresas y teología, en una reciente entrevista.

Morales promete luchar contra los rezagos sociales con un amplio proyecto educativo, descentralizar el presupuesto y dar más poder a las regiones del país.

A segunda vuelta

Aunque es poco probable que alguno de los candidatos logre el 50 por ciento de votos necesario para evitar el balotaje, los analistas advierten que el alto número de indecisos y el abstencionismo hacen difícil pronosticar un resultado en la votación que empezò a las 7 hora local (1300 GMT) y finalizará a las 6 de la tarde.

El desencanto ciudadano con las instituciones es palpable y podría generar una alta abstención en los 7,5 millones de electores convocados para elegir nuevo presidente, 158 diputados y 338 alcaldes.

“Es alarmante la situación política del país, pero la historia nos demuestra que no es nada nuevo”, dijo Robinson Martínez, maestro de computación de 27 años, en la capital guatemalteca. “Por otro lado es interesante que el pueblo ha despertado y ha tomado participación política”.

Pérez Molina, un general retirado de 64 años que llegó al poder en 2012 prometiendo mano dura contra el crimen, debía terminar su mandato en enero. Pero en su lugar, el Congreso nombró el jueves al vicepresidente designado, Alejandro Maldonado.

El mandatario sigue defendiendo su inocencia pese a que las investigaciones lideradas por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), ente respaldado por la ONU y Estados Unidos, lo señalan como el jefe de una banda que cobraba sobornos a los importadores para estafar al fisco.

El sucesor por voto popular de Pérez Molina heredará un panorama complejo, con una economía en crecimiento casi ininterrumpido desde la década de 1990 pero que no ha logrado mitigar las enormes desigualdades sociales en un país donde el 70 por ciento vive en la pobreza, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).