El fiscal Delgado debe resolver “sin dilación” el caso de Enrique Rais

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Por Eduardo Vázquez Bécker.-

Todo salvadoreño sabe que el país requiere de un buen Fiscal General de la República, pero ser un buen fiscal no es cosa fácil. Se trata de uno de los funcionarios más poderosos del país; no hay rincón donde no ejerza jurisdicción, no hay funcionarios ni grupos políticos o económicos, o de poder, que escapen a su control investigador.

El sistema quiere un fiscal que proteja sus desmanes y sus abusos, los grupos políticos quieren un fiscal acomodaticio, los grandes sectores económicos del país quieren un fiscal que defienda sus intereses, legítimos o ilegítimos y la población en general quiere respeto para sus derechos fundamentales. Pero debemos solo querer un buen fiscal, o sea un fiscal que cumpla las facultades que le otorga la Constitución, pero de manera correcta, respetuoso de las leyes y con apego al Debido Proceso.

Por ahora, el fiscal ha comenzado a remover las “manzanas podridas” de la FGR sin hacer tanta alharaca y sin hacer uso de frases coloquiales de impacto mediático. Ese es un buen principio; ahora viene lo más difícil.

Se trata de la revisión del sistema de auditoría en la cual, creemos no estar equivocados, parece estar empeñado el actual fiscal, lo que hará que se terminen de derrumbar los procesos “inventados”, con pruebas falsas y obtenidas ilícitamente por un grupo de fiscales liderados por el “ex”, Douglas Meléndez.

El paso a seguir por el fiscal Rodolfo Delgado es darle cumplimiento a lo dispuesto por el Grupo de Trabajo Sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas en el caso del empresario salvadoreño suizo Enrique Rais y, por extensión, a todos aquellos a quienes se encuentren en situación similar a la de Rais.

Tal como ha quedado demostrado en la resolución del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, GTDA, el señor Enrique Rais fue objeto de una detención arbitraria e ilegal por parte del Estado salvadoreño, con acciones de la Fiscalía que utilizó para ello, intervenciones telefónicas ilegales, testigos criteriados que fueron amenazados y extorsionados y que finalmente se retractaron de lo manifestado en esa sede y de la utilización de pruebas “inventadas” o adquiridas en forma ilícita.

Por más de dos años, casi tres, el empresario Rais ha realizado múltiples esfuerzos por demostrar en sede constitucional las ilegalidades de fiscales, jueces, magistrados y empresarios inescrupulosos que se han prestado a conspirar contra su persona con el fin de arrebatarle los bienes empresariales que con tanto esfuerzo logró construir a través de muchos años.

Tres años, que parecen toda una vida, de estar luchando contra un sistema de justicia selectiva que ha prestado oídos sordos a sus reclamos y que ha mantenido angustiados a todos los miembros de su familia. Sin embargo, cuando el cansancio y las frustraciones parecían más densas y oscuras, vino una luz esperanzadora que trajo tranquilidad que renovó su fe en la justicia.

Tuvo que ser un organismo internacional de irrefutable conducta , el Grupo de Trabajo Sobre las detenciones arbitrarias de la Naciones Unidas, el que llegara a la conclusión jurídica de que al señor Rais se le habían violentado sus derechos fundamentales, sometiéndolo a una detención arbitraria, a todas luces injusta e ilegal, que debía ser reparada por el Estado salvadoreño y por el de Suiza donde también, con los mismos argumentos utilizados en el pais por agentes del crimen organizado como han sido señalados los canadienses Mateo Pasquale y Franco Pacetti, estaba siendo procesado.

En virtud de esa conclusión, el GTSDA instó (ordenó) al Estado salvadoreño y al de Suiza a que adoptaran las medidas necesarias para remediar ” sin dilación alguna”, la situación del Sr. Rais y ponerla en conformidad con las normas internacionales pertinentes, incluidas las dispuestas en la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto”.

La resolución establece de manera clara e incuestionable que: “teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso analizado, el remedio adecuado sería garantizar al señor José Aquiles Enrique Rais López su libertad plena y concederle el derecho efectivo a obtener una indemnización y otras reparaciones, de conformidad con el derecho internacional, las cuales han de tomar en cuenta cómo las detenciones arbitrarias han perjudicado no solo su dignidad, sino también su patrimonio. El Grupo de Trabajo insta al Gobierno salvadoreño a que ponga fin de inmediato a la persecución penal en contra del Sr. Rais”. Más claro no canta un gallo.

Una actitud similar a la que debe asumir el fiscal Delgado, ya fue tomada por su homologo helvético, el fiscal general de Suiza. Con los mismos elementos del proceso seguido contra el empresario Rais en El Salvador, se instruyó otra causa en Suiza; sin embargo, la Fiscalía de ese país, luego de ser notificada de la Resolución del Grupo de Trabajo sobre la detención Arbitraria de la ONU, sobreseyó de inmediato y definitivamente al empresario Enrique Rais.

No vemos por qué, el fiscal Rodolfo Delgado no pueda hacer lo mismo que su colega suizo “para garantizarle al Sr. Enrique Rais el goce de su libertad plena, que incluya la finalización inmediata de los procesos penales iniciados con prueba ilícita en su contra y las indemnizaciones correspondientes conforme con el Derecho Internacional.” como dice el organismo de las Naciones Unidas.

Cuando nos referimos al fiscal Rodolfo Delgado no estamos hablando de una persona ignorante. Delgado reúne los requisitos fundamentales para ser Fiscal General de la República; conoce el derecho procesal penal y tiene una profunda percepción social y política, que no significa ser político; sabe lo importante que es para un país respetar y cumplir con los acuerdos y resoluciones internacionales originadas en organismos de los que el Estado salvadoreño es parte; además tiene valor para enfrentar los poderes  fácticos, así que no hay tales.

Razones sobran. Es hora de que el fiscal general de la república, Rodolfo Delgado, se ponga claro y nos diga de qué estamos hablando; si estamos hablando de peras o si estamos hablando de manzanas.

Atender sin dilación, y de inmediato, el caso del señor Enrique Rais será un paso decisivo si en realidad Delgado quiere moralizar la Fiscalía General de la Republica. Conocemos al fiscal Delgado pero no tenemos ninguna clase vínculos con él. Solo esperamos por el bien del país tenga mucho éxito en su gestión que, a la larga, será la única que lo juzgue.