Francisco en Bagdad, la capital de Irak

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Agencias.- El Papa Francisco ya se encuentra en Bagdad, la capital de Irak, para iniciar su primer viaje apostólico internacional desde el inicio de la pandemia de coronavirus COVID-19.

El avión que traslado al Santo Padre, junto al séquito papal y periodistas, despegó el 5 de marzo a las 07:40 (hora de Roma) desde el Aeropuerto Fiumicino de la capital italiana, y aterrizó a las 1:57 p.m. (hora local) en el aeropuerto internacional de Bagdad.

Esta es la primera vez que un Pontífice visita Irak, tierra natal de Abraham, También será el primer Papa en celebrar una Misa en rito caldeo.  El Papa Francisco celebrará la Santa Misa en la Catedral Caldea de San José, construida en la década de 1950 tras la llegada masiva de cristianos al distrito de Karada, en el este de la capital Bagdad.                             

La Misa será celebrada en rito caldeo, y los idiomas utilizados serán el italiano, caldeo y árabe.

La Catedral Caldea de San José es uno de los templos caldeos más grandes de Bagdad. Se encuentra a 38 metros sobre el nivel del mar y a 900 metros de la orilla oriental del río Tigris.

La fundación Mesopotamia Heritage relata que la primera piedra de esta catedral fue colocada por el Patriarca caldeo Mar Yousef VII Ghanima el 14 de septiembre de 1952, día de la Exaltación de la Santa Cruz.

A su llegada  fue recibido con una bienvenida llena de color y alegría que conmueve al mundo. En un tiempo marcado por la pandemia y la reciente violencia en Irak, antes de encontrarse con el presidente, el Santo Padre se reunió con el vice primer ministro de Irak, Mustafa Abdellatif Mshatat, en la sala VIP del aeropuerto.

En su cuenta de twitter, el vice primer ministro señaló que el pueblo y el gobierno iraquí espera la visita del Papa Francisco y resaltó que “Mesopotamia siempre fue y seguirá siendo un lugar histórico de encuentro de valores humanos comunes”.

“Bienvenido Papa Francisco a la tierra de Sumeria, Babilonia, Asiria, la tierra de los profetas y las civilizaciones”, agregó.

Después por el presidente del país, Barham Ahmed Salih Qassim también mantuvo una reunión privada con el mandatario.

El encuentro tuvo lugar en el estudio privado del Palacio Presidencial de Bagdad, donde el Santo Padre obsequió al mandatario una medalla conmemorativa del viaje, en la que se ve el mapa de Irak, la figura de Abraham y una palmera, “símbolo de prosperidad y riqueza material y espiritual”, según indicó la Santa Sede.

El Papa Francisco se reunió en esta catedral con obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y catequistas. En su discurso, el Pontífice recordó que la Cruz transmite un “mensaje salvífico de perdón, reconciliación y resurrección”.

“Que el recuerdo del sacrificio de los mártires nos inspire para renovar nuestra confianza en la fuerza de la Cruz”. Ese fue el pedido del Papa Francisco en la Catedral católica siria de Nuestra Señora de la Salvación, en Bagdad, donde el 31 de octubre de 2010 terroristas de Estado Islámico asesinaron a 48 personas y causaron heridas a otras 70.

Francisco insistió en que la muerte de los mártires “nos recuerda con fuerza que la incitación a la guerra, las actitudes de odio, la violencia y el derramamiento de sangre son incompatibles con las enseñanzas religiosas”. Asimismo, recordó a los cristianos asesinados en esta catedral hace más de diez años “y cuya beatificación está en proceso”.

“En las últimas décadas, ustedes y sus conciudadanos han tenido que afrontar las consecuencias de la guerra y de las persecuciones, la fragilidad de las infraestructuras básicas y la lucha continua por la seguridad económica y personal, que a menudo ha llevado a desplazamientos internos y a la migración de muchos, también de cristianos, hacia otras partes del mundo”.

Por ese motivo agradeció a obispos y sacerdotes iraquíes “por haber permanecido cercanos a su pueblo, sosteniéndolo, esforzándose por satisfacer las necesidades de la gente y ayudando a cada uno a desempeñar su función al servicio del bien común”.

Asimismo, el Papa Francisco hizo un llamado a estrechar los lazos entre los fieles de las diferentes confesiones cristianas enraizadas en Irak, y comparó al conjunto de las comunidades cristianas con “la familiar imagen de una alfombra”.

El Santo Padre permanecerá en el país de Medio Oriente hasta el 8 de marzo, donde visitará la capital, Bagdad; la patria de Abraham, Ur; las ciudades “mártires” de Qaraqosh y Mosul, marcadas por la violencia de Estado Islámico; y la capital del Kurdistán iraquí, Erbil.