Enfermedades cardiovasculares son más letales que el Covid-19

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A fines de diciembre de 2019 se dieron a conocer públicamente los primeros casos de SARS-CoV-2. La nueva enfermedad que en unos meses azotaría al mundo presentó una rápida propagación a nivel global durante el primer trimestre de 2020, lo que llevó a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declarara pandemia a principios de marzo.

Así, la enfermedad causó el colapso del sistema de salud en diferentes regiones del mundo, lo que motivó la toma de medidas preventivas en el resto de la población promovida por las autoridades sanitarias.

En El Salvador, al igual que en otros muchos países, las medidas implementadas, tales como el aislamiento social preventivo y obligatorio, fueron efectivas para reducir la propagación del virus, pero, sin embargo, esta cuarentena generó la cancelación de consultas y procedimientos médicos que podrían ocasionar daños colaterales en los enfermos con otras enfermedades preexistentes, o en aquellos susceptibles a desarrollarlas. Una de ellas, sin lugar a dudas,es la enfermedad cardiovascular

Los países de medianos y bajos ingresos poseen entre tres y seis veces más riesgo de presentar enfermedad cardiovascular fatal que los países de altos ingresos. Si bien este incremento del riesgo está asociado a diferencias socio-culturales, la integridad y el acceso a la salud son probablemente los mayores contribuyentes de este exceso de eventos cardiovasculares fatales. Se cree que la calidad y el acceso a la salud están estrechamente relacionados a la reducción de ECV observada en las últimas décadas.

“Si bien estamos en una etapa temprana de la pandemia, ya existe evidencia indirecta de que la desatención de la ECV está causando un incremento objetivo de la mortalidad agravado por la pandemia de COVID-19”.

Italia fue uno de los países que más sintió el impacto del coronavirus en su población y por ende en su sistema de salud. La revista Europea de Cardiología acaba de publicar un reporte que evidencia dos aspectos preocupantes: el primero tiene que ver con la caída del 48% de los infartos de corazón en Italia. Esto es consistente con lo analizado por la iniciativa Stent Save a Life en la Argentina (plataforma que reúne a cardiólogos intervencionistas, representantes gubernamentales, de la industria y a todos los actores que participan del cuidado de los pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST) donde se objetivó una caída del 28% de pacientes consultando por infarto cardíaco. Estos resultados también se reportaron en Estados Unidos y en España.