¿Qué pasará con Cuba en la era Trump?

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La victoria de Donald Trump en las presidenciales de Estados Unidos llevó un inmediato desasosiego a Cuba por las amenazas del polémico magnate de revertir las medidas de apertura hacia la isla, impulsadas por el presidente saliente Barack Obama, «si no hay libertad y liberación de presos políticos».

Los avances en la formación de su equipo están enviando muchas señales sobre su próxima presidencia. Y el nombramiento de Mauricio Claver-Carone, fundador de un comité partidario del embargo, podría ser significativo.

Claver-Carone dirige el comité de acción política U.S.-Cuba Democracy PAC y la organización no lucrativa Cuba Democracy Advocates, y es una de las cuatro personas nombradas para preparar la transición hacia la Administración Trump en el Departamento del Tesoro. De hecho, hace años este abogado y profesor nacido en Florida fue asesor del Tesoro.

Desde su blog Capitol Hill Cubans, Mauricio Claver-Carone se ha mostrado como un contundente detractor del acercamiento a Cuba. Su nombramiento ha sido considerado por algunos observadores como una señal de que Trump podría estar dispuesto a cumplir su promesa electoral de dar marcha atrás a los pasos de Obama.

«El cubano no se ha visto beneficiado por las medidas de Obama, por culpa de su propio Gobierno, y teme que éstas se pierdan»

En la isla se teme que una eventual marcha atrás de Donald Trump empeore la ya dramática situación económica y social que soportan la mayoría de los once millones de habitantes, lo que ha provocado un aumento de la emigración ilegal. El Gobierno cubano se había propuesto acabar 2016 con un 2% de aumento del PIB. Pero a mitad de año rebajó su objetivo al 1% y ahora afirma que será muy difícil llegar a esa cifra. Economistas independientes en la isla creen incluso que en 2017 el país puede entrar en recesión.

Además del aumento de la represión contra la disidencia durante los dos últimos años, en un país que tiene alrededor de un centenar de presos políticos, los observadores denuncian cierto freno del Gobierno de Raúl Castro a la incipiente apertura económica y que las órdenes ejecutivas de Obama para suavizar el embargo no hayan tenido la contrapartida de La Habana.

El régimen castrista «no se ha abierto para que se puedan aplicar las medidas de Obama, como por ejemplo la autorización para que los “cuentapropistas” (pequeños emprendedores) puedan importar y exportar mercancías a EE.UU., quiere que sea con control, está entrampado en sus propias limitaciones».«El cubano no se ha visto beneficiado por las medidas de Obama, por culpa de su propio Gobierno, y teme que éstas se pierdan», según la periodista Miriam Leiva. Sin embargo, confió en que el magnate inmobiliario atienda a las «presiones» de empresarios, científicos o académicos, entre otros sectores, y no revierta los avances entre los dos países.

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