El virus Zika, sospechoso de producir abortos espontáneos

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El Zika mantiene en alerta al continente americano. A pesar de que la enfermedad, provocada por la picadura de mosquitos infectados, causa síntomas leves e incluso en un 75% de los pacientes la patología pasa desapercibida, su posible relación con casos de anomalías congénitas en recién nacidos mantiene en alerta a las autoridades. Un nuevo estudio, publicado hoy en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, apunta que el virus también podría estar detrás de abortos espontáneos.

La investigación reporta un único caso de una mujer embarazada que, a las dieciocho semanas de gestación, acudió a revisión médica. La realización de una ecografía apuntó que el feto presentaba un peso inferior al que debía tener en ese momento de desarrollo, lo que hizo que su ginecólogo hiciera un seguimiento exhaustivo de su caso. Las diferentes pruebas realizadas en la ciudad brasileña del Salvador demostraron que el feto no solo no crecía, sino que en la semana 30 de gestación presentaba graves alteraciones en su desarrollo. Tras inducir el parto durante la semana 32, los médicos comprobaron que el feto estaba afectado por Zika, a pesar de que la mujer de 20 años no presentaba los síntomas comunes asociados con la infección, tales como fiebre, malestar o erupciones cutáneas.

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Las pruebas genéticas también mostraron que la cepa vírica presente en los extractos de corteza cerebral, bulbo raquídeo, líquido amniótico y cerebroespinal coincidía con la misma variedad de virus que está extendiéndose “de manera explosiva” por Latinoamérica, según la Organización Mundial de la Salud. Unas afirmaciones que llevaron a la entidad a declarar zika como “emergencia sanitaria global”, dado que durante 2016 podrían aparecer entre 3 y 4 millones de casos. De acuerdo a la investigación, el virus no se encontró en las muestras de corazón, pulmón, hígado y humor vítreo estudiadas. Las conclusiones del trabajo señalan que la infección también podría provocar la aparición de edemas en los fetos durante la gestación, causando a su vez abortos espontáneos.

Estas afirmaciones, sin embargo, han de tomarse con suma prudencia. Por un lado es el primer caso en el que se reporta un aborto de un bebé que podría estar asociado al virus Zika. Por otro, es necesario que las autoridades sanitarias confirmen la relación entre la infección y los casos de microcefalias y otras anomalías congénitas detectados especialmente en Brasil, que han hecho que muchos países recomienden retrasar los embarazos y poner especial atención sobre las mujeres gestantes. Los síntomas leves que provoca la enfermedad podrían haber provocado que esta pasara desapercibida durante años e incluso que se hubiera confundido con otras infecciones como el dengue. No es la primera vez, sin embargo, que se relaciona una patología vírica con casos de microcefalias, a pesar de las múltiples teorías conspiranoicas que circulan alrededor del Zika.

Según los autores del estudio, “estos hallazgos plantean una nueva preocupación: que el virus cause graves daños a los fetos que conducen a la muerte intrauterina y que puedan estar asociados con efectos distintos a los observados en el sistema nervioso central”. Los resultados se unen a los obtenidos en otra reciente investigación, en la que se había determinado una posible asociación entre la infección por zika y defectos oculares en recién nacidos. Las próximas semanas serán claves para esclarecer la relación que existe entre el virus y las malformaciones congénitas. Una vez que se aclare este punto, los científicos también deberán despejar la incógnita planteada en este trabajo y saber si el Zika puede estar detrás del desarrollo de abortos espontáneos.