Escándalo de amaños, ahora le toca al tenis

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Justo cuando el primer grande de la temporada echó a andar en Melbourne, el tenis mundial se ha visto sacudido por un escándalo mayúsculo. Una investigación elaborada por la BBC y BuzzFeed News desvela una supuesta red de apuestas ilegales y amaños deportivos durante la última década en partidos del más alto nivel. En concreto, según los citados medios, el caso salpicaría a 16 jugadores del top-50 del ranking mundial y algunos de los sospechosos (ocho, “la mayoría de ellos argentinos y españoles”, precisa BuzzFeed News) participan actualmente en el Abierto de Australia. De momento no se han publicado los nombres de los tenistas.

Según la información, la trama mafiosa tendría origen en Rusia, el norte de Italia y Sicilia. Debido a las sospechas, la Unidad de Integridad del Tenis (TIU) -encargada de controlar posibles irregularidades- investigó 26.000 partidos desde hace siete años y de sus informes se desprende que algunos jugadores (que se reunían previamente con mafiosos en sus hoteles y pactaban la derrota a cambio de 50.000 dólares -46.000 euros- o más) se dejaron ganar. El caso, además, salpica a Wimbledon, uno de los eventos deportivos más prestigiosos del mundo. Tres partidos del major británico habrían sido amañados.

“Campeones de torneos de Grand Slam, en singles y dobles, forman parte del grupo central de 16 jugadores que, en repetidas ocasiones, fueron señalados por haber perdido partidos cuando había apuestas altamente sospechosas en su contra”, describe Buzzfeed. Mientras, la BBC habla de “ganadores de Grand Slam”, pero no especifica en qué categorías. En los últimos 10 años hay siete jugadores que han levantado un grande en individuales: el suizo Roger Federer (13 desde 2005, 17 en total), el español Rafael Nadal (14), el serbio Novak Djokovic (10), el suizo Stanislas Wawrinka (2), el escocés Andy Murray (2), el argentino Juan Martín del Potro (1) y el croata Marin Cilic (1).

BuzzFeed News empleó un algoritmo que detectó alteraciones en partidos en los que competían los 16 jugadores bajo sospecha. La investigación partió a raíz del caso Davydenko. Entonces (2007), el tenista Nikolay Davydenko, que llegó a ser el número cuatro del mundo, perdió un encuentro en el torneo de Sopot (Polonia) contra el argentino Martín Vasallo-Argüello (87 del mundo entonces) cuando había ganado el primer set (6-2); después de ceder el segundo (6-3), el ruso se retiró en el tercero (con 2-1 en contra) por una lesión en un pie. Sospechosamente, el bote ascendió a cinco millones de euros, diez veces el montante habitual.

El presidente de la ATP, Chris Kermode, ofreció esta madrugada una rueda de prensa en Melbourne en la que negó que se esté ocultando cualquier tipo de información sobre estos supuestos amaños y en la que aseguró que el organismo que rige el circuito estudiará a fondo las informaciones publicadas por la BBC y BuzzFeed News. “No es cierto que la información se ocultara. Nosotros condenamos cualquier tipo de conducta corrupta en nuestro deporte”, señaló Kermode; “la idea de que el tenis no esté actuando correctamente es ridícula”.

Por su parte, el director de la TIU, Nigel Willerton, manifestó que “se han abierto nuevas investigaciones sobre algunos de los jugadores que fueron mencionados en el informe de 2008” y que “toda la información creíble recibida se analiza, se evalúa y se está investigando por profesionales con gran experiencia”. Preguntado sobre los presuntos implicados que compiten ahora en el grande australiano, Willerton respondió: “No sería apropiado de mi parte decir si hay jugadores en el torneo que están siendo investigados”.

Desde 2008, la fecha de su creación, la TIU recibió más de 14 millones de dólares (12,8 millones de euros) para llevar a cabo sus pesquisas y sancionó a 18 tenistas (entre ellos el bilbaíno Guillermo Olaso), seis de ellos de por vida (el primero fue el austriaco Daniel Koellerer y después fueron castigados sine die el ruso Andrey Kumantsov, el serbio David Davic, el griego Alexandros Jakupoviclos y los italianos Potito Starace y Daniele Bracciali).